Al igual que le pasara al vaporcito, el logo que representaba a nuestra ciudad se hundió. La imagen de El Puerto ha servido como analogía de lo vivido por el casi centenario BIC en aquello que fue un varadero. El barco importa lo mismo que el logo: ¡un carajo!, de mar o de tierra, pero carajo, al fin y al cabo.
Sin embargo, hay cuestiones salvables. Llegó un concejal que cambió la imagen y montó una fiesta de promoción. – ¡Es que no gustó el logo, fue un churro! –Ya, ¿y? Por lo menos tuvo la gallardía de tomar una decisión, que es lo que se le exige a diario a los políticos. Si se equivoca, cuatro años y a la calle, pero por lo menos tomó una decisión e intentó dar una nueva imagen a la ciudad.
Seguir con el vaporcito hubiera sido un homenaje a la poca vergüenza y a la falta de cojones para poner el barco sobre las aguas del Guadalete.
Se equivocó el anterior concejal, no gustó el logo ni la parafernalia que se montó alrededor, pero por lo menos tomó una decisión. En cambio, ahora es diferente con unos técnicos en comunicación que se dedican en exclusiva a la imagen de El Puerto, un jurado y un concejal-presidente con superpoderes y responsabilidades, que ha decidido cambiar el logo y sacar una gran campaña pública a la que sólo faltaron los teletubies pidiendo al “pueblo” que participara en el diseño del mismo.
Pero nuevamente ¡baten su propio récord! ¡Nuevo zas, en toda la boca! En menos de una hora, los aburridos de las redes sociales, no los perfiles falsos guays, no, “el pueblo”: algunos parados, currelantes que se tocan el cirimbel y tienen abierta la pestañita del facebook en los ordenadores por cuenta ajena, jubilados y aburridos en general, tumban varias propuestas de logos.
¿Dónde estaban los técnicos?, ¿y el jurado quién lo formó? ¿Cuál es la responsabilidad del presidente del jurado-concejal? Meses con el rollo del logo y en una hora tumban medio concurso. Esto no es serio.
Los chicos y chicas nuevos y nuevas pregonan y abanderan la participación y no saben gestionarla. ¿Se imaginan que se dejan de hacer tantos gestos y toman decisiones? No es por nada, pero tanto estudiar, analizar y corroborar que hemos pasado de un churro a un mojón.