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El jardín de Bomarzo

Ay Velasco!

 Si los endocrinos avisan que quien adelgaza deprisa engorda a idéntico ritmo y los sexólogos advierten que todo lo que rápido sube presto decae, los analistas políticos sentencian que la veteranía es un grado y que el exceso de prematuro poder nubla la vista y, sobre todo, el temple y, por ello, la caída ulterior puede ser inversamente proporcional. Ay Velasco!
El Curro Romero de la política cordobesa ha salido por el primer burladero en cuanto le ha tocado torear al natural, y a pesar del esfuerzo de Susana Díaz y Mario Jiménez por dignificar su adiós suenan como maléfico eco las risotadas ante la espantá. Y se sonríen los veteranos compañeros de cuadrilla que han esquivado pitones de mayor tronío que los que se han llevado por delante al ya ex vicesecretario, y se divierten los de la gaviota que se han atribuido el mérito de la estocada sin ni siquiera saltar al ruedo y, por supuesto, se abrazan los de El Mundo que nunca antes habían logrado un éxito editorial a pesar de tantos intentos contra Chaves y su familia y contra todo lo que se menea en torno al Psoe andaluz. Se ríen todos, menos Velasco, al que un impulso de soberbia camuflada de dignidad le ha precipitado al vacío sin medir la altura ni las consecuencias del salto. Y todos se preguntan de las verdaderas razones de fondo ante tan inesperada decisión, y unos apuntan a la dualidad de fidelidades que siempre ha mantenido entre Griñán, presidente, y Pizarro, tutor desde su infancia política, hoy ambos dos en senderos diferentes de un mismo destino. Dualidad que no habría sabido manejar la joven e inexperta mente del cordobés. Y otros añaden que en la otorgación de las subvenciones habría matices ocultos y, antes, mejor irse que soportar la tralla desde el atril parlamentario.
En todo caso, vicesecretaría fulminada y Luis García Garrido nuevo secretario de política institucional, el cargo que le ofreció Griñán a Cabañas la noche de marras y que éste rechazó al amanecer y sobre cuya designación todos estaban pendientes. Todos. Ahora es para Luis, que es o era del otro Luis, y por eso Cabañas está contento. Uf.
Insisto. No sé si todo esto se trata de una sutil estrategia del Psoe para volver locos a Arenas y a sus chicos, que desconcertados opinan que éste no es el Psoe de siempre. Discuten si pedirle a Chaves y Zarrías que vuelvan para disputar contra artes conocidas y no contra un estilo pugilístico improvisado que lleva a la lona a todo un vicesecretario ante el primer crochet de derecha; puño de acero pero mentón cristalino. Y eso, cuando se está arriba, no se vale. Ay Velasco! Tú que con firme látigo has golpeado a la derecha y, como Pepiño recalca, a la ultraderecha, y cuán efímero tu andaluz caminar.

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