El derbi copero celebrado este martes no pasará a la historia por lo deportivo. Más allá de un duelo siempre lleno de color, tifos y cánticos, anoche en el Sánchez-Pizjuán faltó la esencia que hace único este tipo de partidos entre dos equipos de máxima rivalidad.
El resultado de la ida, contundente a favor de los nervionenses, motivó entre otras cuestiones que la afición bética no acudiera en masa, como acostumbra, al feudo sevillista. Apenas unos 500 aficionados béticos tiñeron de verde un rincón del graderío. Eso sí, todo discurrió con total normalidad desde el momento en que la parroquia bética se daba cita horas antes en los aledaños del Villamarín hasta el término del mismo encuentro.
Por su parte, unos 37.000 sevillistas se dieron cita en el Pizjuán para arropar a los suyos en este encuentro de vuelta de los octavos de final. El citado resultado de la ida, el frío y los 15 euros que debían pagar los socios sin el abono total conllevaron que a este derbi le faltase algo de sabor.
Emery: “No les dimos opciones, quisimos ser exigentes”
“Queríamos ganar, pasar la eliminatoria y poder disfrutar de un buen partido. La Copa del Rey nos da la responsabilidad para buscar un camino para intentar ser protagonista. Teníamos que respetar al rival y lo hemos logrado. Hemos dado un paso más para crecer para que el rendimiento sea mayor”, expresó el entrenador sevillista.
Merino: “Estoy como si se me muriese un familiar”
“Han sido muy superiores. Vienen de una racha positiva y nosotros de todo lo contrario. Apenas he tenido tiempo para trabajar. Salimos timoratos. Los jugadores lo han pasado mal, la gente está destrozada. Voy a trabajar al límite, porque hay mucho trabajo por delante. Ahora toca levantarse y ser más humildes”, manifestó el técnico bético.
