La Real Sociedad logró una sufrida victoria ante un buen Espanyol, en un partido que resolvió el mexicano Carlos Vela en el último minuto, cuando el encuentro parecía abocado al empate.
El equipo local jugaba sin el sancionado Griezmann, el faro que alumbra su ataque y máximo goleador de la Real esta temporada, pero no se notó en exceso la ausencia de la estrella francesa en la primera mitad porque las novedades que introdujo Jagoba Arrasate y el buen juego de Canales compensaron el fútbol ofensivo guipuzcoano.
El Espanyol vino a hacer un partido de desgaste, bien asentado atrás y con una especial vigilancia sobre Carlos Vela, dejó espacios que aprovecharon hombres como Rubén Pardo, que tuvo una gran oportunidad para abrir el marcador en el minuto 6 en una acción de talento que no tuvo buena finalización.
Víctor Sánchez, con un duro disparo desde fuera del área, les recordó a los donostiarras que no podían descuidarse ni un solo momento atrás porque podían pagarlo muy caro.
Minutos después abonaría la factura la Real, cuando el colombiano Jhon Córdoba le robó un balón a Mikel y se escapó hacia la portería de Claudio Bravo rodeado de seis jugadores blanquiazules, a los que ganó la partida para batir duro y raso al cancerbero chileno.
La Real se jugaba mucho y no parecía dispuesta a dejar pasar la ocasión de seguir sumando en Anoeta a pesar del buen juego y la ventaja de los catalanes y en el 32, Canales, el mejor de su equipo, logró un gran gol con su zurda ayudado por el desvío involuntario de un jugador del Espanyol que despistó a Casilla.
Los guipuzcoanos estaban lanzados y no marcaron el segundo porque se produjo la jugada tonta del partido cuando Canales, sin oposición, iba a rematar a gol y la acción la desbarató sin pretenderlo Rubén Castro, que había caído al suelo antes de darle el pase al cántabro. Casilla en la continuación de la jugada desbarataría otro claro remate de Agirretxe.
No le sentó bien el parón del descanso a los vascos, que se quedaron sin las ideas que habían marcado el itinerario de su juego en la primera mitad y nuevamente el Espanyol volvió a llegar al feudo de Bravo, aunque sin importunarle demasiado.
Aparecieron los primeros pitidos en Anoeta hacia un equipo blanquiazul que no encontraba la vía de acceso al área de Kiko Casilla, el partido se volvió vulgar y el resultado dependía de una ruleta rusa, porque ni uno ni otro equipo dominaban el encuentro.
Sergio García en una contra tuvo la mejor oportunidad para el equipo de Cornellá, con Bravo muy avispado para detener su duro disparo que iba al fondo de la red a un cuarto de hora para el final del choque.
Anoeta miraba el reloj ya que veía cerca el segundo del Espanyol que pudo marcar Colotto en el 88 y dos minutos después llegó la gran acción individual de Carlos Vela y su gol, que llevó el éxtasis a los 20.000 aficionados que optaron por el fútbol en plena Semana Santa.