Ha sido el segundo año consecutivo en el que los reyes y sus hijas han acudido por sorpresa el Sábado Santo a un evento en la Comunidad de Madrid
Los reyes, Felipe VI y Letizia, junto a sus hijas, Leonor y Sofía, se han mezclado esta noche de Sábado Santo durante más de hora y media entre los espectadores y los actores de la pasión viviente de Cristo que se representa por las calles y plazas de la localidad madrileña de Chinchón.
Los reyes y sus hijas han acudido a la plaza de San Roque a las 21.50 horas para contemplar el pasaje de Cristo en el Monte de los Olivos, una de las escenificaciones de esta tradicional representación de la Semana Santa de Chinchón, que ha cumplido este sábado sesenta ediciones.
Diez minutos han tardado en cruzar a pie esa plaza, al detenerse constantemente a estrechar manos y posar para selfis con los espectadores de la pasión, muchos de ellos sorprendidos por su presencia, que no había sido anunciada oficialmente con anterioridad.
Ha sido el segundo año consecutivo en el que los reyes y sus hijas han acudido por sorpresa el Sábado Santo a un evento en la Comunidad de Madrid, ya que el año pasado visitaron un centro de refugiados de guerra ucranios en Pozuelo de Alarcón.
El rey y su familia han seguido su itinerario más tarde para contemplar desde un recodo de la cuesta de la Torre su segunda escena, una de las caídas de Jesús con la cruz, representada a pocos metros de ellos.
Una vez han pasado los actores, de nuevo los reyes y sus hijas han charlado sucesivamente con los espectadores, los pocos que se encontraban en las estrechas calles por las que han paseado hasta la plaza Mayor.
En el coso porticado de Chinchón, en la oscuridad de la noche, miles de personas asistían al inicio de la representación de El Calvario cuando han llegado el rey, la reina, la princesa y la infanta.
Un revuelo progresivo de voces y disparos de fotos ha seguido los minutos posteriores a su entrada en la plaza, por el lado oeste.
No obstante, los murmullos en esa zona fueron decreciendo y la familia ha avanzado entre la multitud por la plaza, para, como otros cuatro espectadores más, contemplar durante la siguiente media hora la representación teatral de la muerte de Jesús en la cruz sobre un escenario.
El mayor baño de masas ha tenido lugar al final, después de escucharse por los altavoces la escena de la Resurrección en otro lugar del pueblo, cuando los reyes y sus hijas se han acercado al ayuntamiento, ubicado en una de las balconadas verdes de la histórica plaza.
Frente a la puerta del consistorio, el rey ha departido con algunos representantes municipales, mientras su esposa y sus hijas se han acercado con detenimiento a varios grupos de espectadores que les pedían posar para fotografías o, sobre todo, estrechar sus manos.
Peticiones que llegaban incluso de figurantes de la pasión, aún ataviados con los vestidos de época, de soldados romanos o de plañideras.
En el ayuntamiento, los reyes han sido obsequiados con productos típicos de Chinchón y un cuadro en recuerdo de la visita, en un acto informal a las 23.30 horas.
Esta visita a Chinchón ha sido el primer acto en público de la princesa de Asturias desde hace casi cuatro meses, desde el 15 de diciembre, cuando visitó un centro de la Cruz Roja, aunque en esta ocasión no ha habido una convocatoria oficial y se ha tratado de un acto de carácter privado de la familia real.
El jueves la princesa Leonor comenzó unas vacaciones de diez días del curso académico que estudia en Gales, previo a los próximos tres años de formación militar que iniciará en agosto.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también ha presenciado en Chinchón esta noche de Sábado Santo algunas escenas de la pasión desde uno de los balcones del lado norte de la plaza Mayor, sin encontrarse con los reyes en su recorrido.