Francisca España, declarada hija legítima del exjugador del Real Madrid, negocia con un fondo inversor cobrar su herencia mediante la futura venta millonaria
Francisca España, declarada hija legítima del exjugador del Real Madrid Francisco Gento, fallecido el pasado 18 de enero a los 88 años, negocia con un fondo inversor cobrar su herencia mediante la futura venta de los trofeos que ganó su padre en vida, que pueden suponer una cifra millonaria.
El abogado de la mujer, el sevillano Fernando Osuna, ha explicado a Efe que su cliente ya está en contacto con unos fondos de inversión que le han ofrecido comprarle la herencia, en litigio con sus hermanos, y ha puesto como ejemplo que, cuando falleció, los trofeos y recuerdos de Alfredo Di Estéfano se calcularon en un valor de unos 14 millones de euros.
"Solo la camiseta con la que Pelé ganó el Mundial de 1970 se subastó en su día por 100.000 euros", ha recordado.
El letrado ha concretado que aún no hay cantidad precisada ni calculada, aunque en todo caso la cuantía que recibiría la mujer en herencia sería mayor que con una venta previa de la misma, “pero tendría el beneficio de no tener que esperar varios años a cobrar la herencia”.
Para los compradores de la herencia, existe el riesgo de la negociación posterior con los herederos, ya que el litigio se podría alargar varios años.
Dos meses después del fallecimiento, no se ha aclarado si Gento dejó testamento, y, si fuera así, le correspondería por ley una tercera parte de la legítima, un porcentaje de los bienes del difunto de sus herederos forzosos, pero, si no se diese esta situación, sería un mayor porcentaje de su legado económico, que debería repartir con sus dos hijos reconocidos y con su viuda, que tendría derecho al usufructo viudal.
Una vez concretada la compra, los herederos se situarían en la misma situación de herencia que Francisca, ha concretado el letrado.
Durante su carrera en el Real Madrid, Gento ganó, entre otros, 12 ligas, dos Copas del Rey, una Eurocopa con España y seis Copas de Europa, aunque el legado añadido (camisetas, condecoraciones, etc.) podría ser incalculable en su valor.