Hace tiempo que
Tim Burton perdió el aura de infalibilidad sobre el que venía construyendo su estimulante y personalísima carrera cinematográfica; y sin embargo su nombre sigue alimentando nuestras propias expectativas cada vez que anuncia un nuevo proyecto.
Lo hace ahora dando el salto a la televisión como director estrella de
Miércoles,
spin-off basado en la popular
Familia Addams a partir de una idea original de
Alfred Gough y Miles Millar -forjados en series de corte fantástico para adolescentes:
Smallville, Into the badlands-, que le ha permitido conjugar esos universos contrapuestos tan habituales en su filmografía: el de una sociedad pretendidamente ideal, aquí la ciudad de Jericho, y el de unos jóvenes “marginales” internos en una institución académica levantada expresamente para ellos,
NeverMore.
Y sin embargo, más allá del diseño gráfico de los títulos de crédito, al ritmo del tema compuesto por
Danny Elfman, de la predisposición visual por los primeros planos, y de esa dicotomía argumental tan evidente, y por partida doble -la de los “normis” frente a los “outcasts”, y la de la propia
Miércoles frente a los demás compañeros de la academia y del mundo en general-, podríamos estar ante un buen imitador de Burton, pero no ante un trabajo en el que sobresalga una pretendida y original puesta en escena, ni la mano sobresaliente de un autor empeñado en trascender; en todo caso, un buen narrador, lo que tampoco desmerece el resultado final.
La cuestión, por otro lado, es que tampoco importa, porque la sensación que deja la serie en su conjunto es tan vistoso y entretenido que termina por elevar sus atractivos pese, incluso, a la previsibilidad de su argumento, de la mano de un guion que bebe tanto de otros fenómenos audiovisuales juveniles -desde
Harry Potter a
El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, dirigida por Burton-, como del peculiar humor negro que imprimió
Charles Addams a sus creaciones originales en los años 60, cuando se emitió en televisión por primera vez
La familia Addams. Y por supuesto está el excelente trabajo de
Jenna Ortega como
Wednesday, soberbia en la composición de esta heroína gótica adolescente, de lengua mordaz, actitud indolente y esquiva emocionalidad, que reivindica asimismo una rotunda feminidad con su actitud ante la vida. Toca ser fuerte como ella.