Ante la polémica surgida en los últimos días sobre la rehabilitación que se está realizando con fondos municipales de la Torre Nueva de Torreguadiaro, desde el Ayuntamiento se apunta que esta obra se ha acometido para evitar accidentes, ya que se estaban desprendiendo piedras de los muros. Además, todos los trabajos cuentan con el visto bueno de la Junta de Andalucía, al tratarse de un edificio histórico protegido.
El primer teniente de alcalde y delegado de Urbanismo, Juan Manuel Ordóñez, ha señalado que “sobre los gustos estéticos de cada uno no vamos a discutir, pero lo que no cabe duda es de que ante todo está la seguridad de los ciudadanos. Y los cascotes que se desprendían de los muros han provocado algún que otro problema en la zona. Este Equipo de Gobierno ha tomado la decisión de rehabilitar la torre usando fondos propios, garantizando la conservación de un edificio que forma parte de nuestro patrimonio histórico”.
“Los que critican el revocado de los muros con mortero de cal -consideró Ordóñez- parecen desconocer que esta actuación tiene el visto bueno de la Delegación Territorial de Turismo, Deporte y Cultura de la Junta de Andalucía, ya que es preceptivo contar con su permiso al tratarse la Torre Nueva de un bien integrante del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz”.
“Puedo asegurar -continuó- que en este proyecto se han sopesado los distintos aspectos de seguridad, conservación y estéticos, y no se han tomado las decisiones a la ligera. Y también me gustaría que al menos los que critican esta actuación esperaran hasta ver cómo queda al final la torre, porque todavía queda mucho por hacer por fuera y dentro de la misma”, concluyó.
Por su parte, el teniente de alcalde delegado del Valle del Guadiaro, Óscar Ledesma, explicó que “la decisión de rehabilitar la torre tiene como antecedente la caída de piedras de la misma sobre viviendas cercanas y sobre vehículos aparcados. Además, parte de la torre está rodeada de acerado público, y no nos podemos arriesgar a que haya un grave accidente”.
“El proyecto -continuó- salió a licitación por casi 130.000 euros, IVA incluido, y se adjudicó en septiembre de 2017 a la empresa Sant Obra por 105.000 euros. Sin embargo, los trabajos no han comenzado hasta contar con la preceptiva autorización de la Junta de Andalucía, que nos llegó en noviembre de 2018”.
“El estado de los muros -señaló- era muy deficiente, y quiero recordar que ni siquiera son los originales, porque la torre ya tuvo una remodelación anterior. Por su ubicación cerca de la costa, los fuertes vientos, el sol e incluso la acción de las aves, los muros tienen un deterioro rápido. Así que había que buscar una medida para evitar que en poco tiempo se repitiera el problema de los cascotes”.
“Por eso -indicó Óscar Ledesma- se tomó la decisión de revocar los muros con mortero de cal, que es lo que parece que no gusta a algunas personas. Pero en el mismo informe de la Junta se recoge esta medida como una de las 'actuaciones principales' a realizar, y creo que los técnicos autonómicos no nos habrían dado permiso para hacerlo de considerarlo un desatino. Además, una vez enfoscados los muros se van a tratar con una pintura con aspecto de piedra, para que el impacto visual sea menor”.
“En definitiva -indicó el edil- esta obra era necesaria, y en el proyecto se tuvieron en cuenta muchos aspectos, no sólo los estéticos, sino sobre todo la seguridad de las personas y la conservación de nuestro patrimonio. Siento a que a algunas personas no le guste lo que se está haciendo, pero también podrían esperar a ver el resultado final”, concluyó.
El Ayuntamiento incluyó esta obra en el Plan de Inversiones Financieramente Sostenibles que se aprobó en 2017 con un horizonte de tres años. Se destinaron 107. 714,09 euros (a lo que hay que añadir el IVA).
En la autorización del proyecto por parte de la Junta de Andalucía se contemplan las siguientes “actuaciones principales a realizar”: en la zona exterior, restituir la integridad de los muros; eliminar la vegetación existente en el basamento; lavado superficial de los muros; revoco de muros con mortero de cal; pintado al silicato de las partes bajas de los muros; rehabilitar la obra de fábrica del castillete de cubierta; modificar la forma de la chimenea existente en la cubierta; sustitución de carpinterías exteriores; mejora del alumbrado exterior; y eliminación del trazado aéreo de la acometida de baja tensión. En cuanto a las zonas interiores, se contempla: eliminación de los reveestimientos interiores hasta la línea de arranque de las bóvedas, nuevo revestimiento con mortero de cal de las zonas eliminadas de mortero y mejora de la instalación eléctrica.
La Torre Nueva está a escasa distancia de la antigua carretera general Cádiz-Malaga, entre los puntos kilométricos 140-141 del trazado antiguo; entre la carretera y el mar del que dista 200 metros se halla a escasos metros de altura sobre el nivel del mar.
La planta es circular, de 14 metros de diámetro máximo en la base de la escarpa. Tiene una altura de 16 metros, de los cuales cuatro pertenecen a la escarpa troncocónica de 70° de inclinación aproximadamente. Sobre ésta se levanta otro cuerpo troncocónico de menor pendiente (85°) y 11 metros de altura hasta el borde externo del parapeto que tiene poca altura.
La construcción esta efectuada en sillarejo, relativamente bien ordenado en hiladas horizontales, unidos con mortero y con huecos rellenos con piedras mas pequeñas. Presenta el exterior un hueco que sirve hoy de puerta, pero por sus características cabe deducir que no fue la primitiva. Esta se encuentra a mas altura, orientada a poniente, y como era normal se accedía mediante escala de cuerda retirada por las noches, Ademas de estos presenta otros huecos menores, con apariencia de aspilleras y los restos de cuatro matacanes, ladroneras o buhardas, en el parapeto que protegían los respectivos huecos de posibles accesos del enemigo.
El interior se divide en dos cámaras cubiertas con bóvedas de media naranja construidas de ladrillo y comunicadas por una escalera de piedra adosada al muro interno. La escalera desemboca en la en la plataforma superior que estaba destinada a la observación y combate.
Una Real Cédula de 1516 inquiría la necesidad de construir una torre nueva en la boca del río Guadiaro que sustituyera a otra cercana y destruida. La Torre Nueva serviría de refugio a los ganaderos, pasajeros y a los madereros de la zona, la cual estaba conectada visualmente con la Torre Chullera. La Torre disponía de caños y cuerpo de guardia junto a una venta.
Igualmente, ese encuentra dentro del Catalogo General del Patrimonio Histórico Andaluz bajo los parámetros: Torre Nueva de Guadiaro, con un régimen de protección Bien de Interés Cultural como monumento, inscrita en el Boletín oficial n° 155 del 25 de junio de 1985.
Según la Disposición Adicional Cuarta de la LPHA, se establece un entrono de protección constituido por aquellas parcelas y espacios que circunde a la Torre en un entorno de 50 metros, habida cuenta de que se encuentra en Suelo Urbano Consolidado, dentro del área 024-TG.
La Torre se encuentra enclavada calle Iglesia y sirve como punto de referencia del Paseo Marítimo de Torreguadiaro, y es punto de referencia y eje, junto a la Torre Quebrada, de la ordenación planteada para la zona, en el entorno urbano de la Barriada de Pescadores de Torreguadiaro.