Los adolescentes pueden adquirir bebidas alcohólicas sin problemas a pesar de la prohibición existente en España, aunque hay ciudades más permisivas como Valencia y Granada y otras, como Madrid, en las que los menores se encuentran con más trabas.
Ésta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por la OCU con el objetivo de comprobar si se vende alcohol (cerveza y whisky) a menores de edad, presentado ayer, y que ha sido remitido al Ministerio de Sanidad y Consumo, a las comunidades autónomas y a los grupos parlamentarios.
Para ello, 6 adolescentes de entre 15 y 17 años –cada uno de ellos seguido de cerca por un adulto que servía de testigo– visitaron 123 establecimientos en zonas de gran afluencia juvenil de Barcelona, Bilbao, Granada, Madrid, Valencia y Valladolid, en los que debían comprar o pedir cerveza o whisky.
El estudio destaca que la oferta de cerveza a jóvenes es mayor que la de whisky y que, aunque no hay gran diferencia entre los distintos tipos de establecimientos, es “significativo” que haya más trabas en los bares de las zonas de marcha, según la portavoz de la OCE, Iliana Izverniceanu.
En el caso de la cerveza, en el 81% de los establecimientos se sirvió esta bebida a los menores, que encontraron menos problemas en las tiendas de 24 horas (87%), los supermercados (85%) y los de comida rápida (83%) y menos facilidades en los bares (68%).
En cuanto a las ciudades, Madrid es donde los menores encontraron más dificultades para encontrar cerveza (un 61%), frente a Granada (95%), Valencia (93%) y Barcelona (92%), Valladolid y Bilbao (74% en las dos).
Por lo que respecta al whisky, los adolescentes no tuvieron problemas para acceder a esta bebida alcohólica en un 67% de los establecimientos, si bien encontraron más facilidades en los bazares –tiendas regentadas por orientales y de frutos secos–, y menos en las tiendas de 24 horas.
También en este caso, Madrid es la ciudad que menos whisky vendió a los menores (33%) y Valencia resultó ser la más permisiva (92%).
Mónica Cabagna, técnico del estudio, explicó que la encuesta realizada en Madrid coincidió con un periodo de mucha actividad policial, aunque dijo que desconocía si esa mayor vigilancia es una situación regular o no.
El estudio pone también de relieve que casi la mitad (48%) de los establecimientos visitados no exhiben el cartel obligatorio de prohibición de vender o dispensar alcohol a menores o no está visible, y es en Bilbao donde esto ocurre con más frecuencia.
En cuanto a los establecimientos, el 80% de los bazares no disponen de ese cartel y el 53% de los bares tampoco.
También es escaso el porcentaje de establecimientos en los que se pide al menor el DNI o se pregunta su edad; sólo en un 13% se llevó a cabo esta sencilla solicitud en el caso de la cerveza y en un 26% en el del whisky, lo que, según la OCU, demuestra que “la vigilancia es mínima”.
Como dato significativo, el estudio destaca que en ningún establecimiento de Valencia y Barcelona se pidió el DNI cuando los menores intentaron comprar cerveza o whisky, así como en ninguno de Granada al adquirir cerveza.
Ante estos resultados, la Orga nización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha pedido más control e inspecciones en los locales donde se venden o se consumen debidas alcohólicas, más inversión en educación y prevención, más restricciones para la publicidad y un incremento de los precios.
Izverniceanu pidió, además, que “se reactive” el anteproyecto de Ley de la anterior ministra de Sanidad, Elena Salgado, que quedó “paralizado” porque primaron los intereses económicos por encima del interés general.
Una norma estatal básica serviría para homogeneizar criterios en las diferentes comunidades autónomas, ha dicho Mónica Cabagna.