Abdoulaye Fall llegó al Cádiz CF sin hacer ruido. Los partidos que disputó el pasado año en el Badajoz, equipo en el que coincidió con Alberto Monteagudo, le hicieron merecedor de una prueba en el equipo amarillo. Rápidamente, el cuerpo técnico aprobó su contratación y poco a poco ha ido ganando importancia en el esquema hasta el punto de que hoy por hoy parece intocable.
Tras un breve paso por el Servette de Suiza, Fall recaló en el equipo pacense, con el que participó en 22 encuentros, ya que no pudo debutar hasta la jornada nueve por problemas en el papeleo.
Con la camiseta amarilla el senegalés parece empeñado en lanzar un mensaje a Edison Torres a base de buenas actuaciones. No lo va a tener fácil el paraguayo para entrar en el equipo, aunque el problema de las fichas sub’ 23 y la obligatoriedad de contar con siete profesionales sobre el terreno de juego podría perjudicar al hasta ahora titular.
El mediocentro superó bien pronto la prueba con el Cádiz, ganándose un contrato para esta temporada y tres más opcionales. Y hasta el momento está respondiendo a las mil maravillas. Cuenta con la confianza plena de Monteagudo, que lo ha utilizado en todos los minutos posibles de los tres partidos ligueros que ya se han disputado.
Ante la Balona, Fall fue uno de los mejores futbolistas del partido. Perfecto en el corte, se hizo dueño absoluto del centro del campo, ofreció muy buenos pases a sus compañeros, sin esconderse en las labores de creación, e incluso se permitió el lujo de empatar el choque con un gran disparo desde fuera del área. Con un solo hombre, el Cádiz dominó el medio campo y la afición cadista, muy entendida, premió al senegalés coreando su nombre.
