La tercera sesión de Preliminares estuvo dominada por la cabeza de serie, la comparsa La oveja negra de Martínez Ares. Otra obra de arte que vuelve a dejar a los aficionados con ganas de escuchar una y otra vez todo el repertorio. Y es que los matices son tantos, que será necesario escuchar varias veces y con detenimiento cada pieza. Al alcalde Bruno García lo avisó para que no descuide a la ciudad. Con ganas de más nos hemos quedado.
Pero la función la abrió el coro el Mérida, que sigue mejorando su nivel cada año y esta vez nos presentó a un batallón que, orgulloso, quiere derribar las puertas de todos los armarios para que nadie se tenga que encerrar.
Tras el tango llegó el turno de las risas con la chirigota La alegría de Cai (Los apocalípticos), aunque acabaron pidiendo que llegue ya el meteorito. Después llegó una comparsa que homenajeó a Robots recordando el Carnaval más añejo. Y vuelta a las risas con Anonymous gaditano y la inteligencia artificial de Juanma Bocuñano, que se metió al público en el bolsillo con sus intervenciones.
Cerraron la sesión unos exagerados que niegan serlo, pero que presentaron diez cuplés nada más y nada menos. Buen nivel el de esta sesión.