“Era un artista”. Los que lo conocían se repiten a la hora de recordarlo. Todos tienen en su mente las esculturas de arena que a lo largo de estos años realizó en la playa Victoria y que muchos turistas y gaditanos se paraban a contemplar y para felicitarle si andaba cerca. Como cualquier mañana, el propietario del restaurante Arteserrano, en el número 2 del Paseo Marítimo, se disponía a abrir su local, en cuyos soportales solía pernoctar Carlos, un canario de 56 años, que hace veinte años se afincó en Cádiz y que era muy conocido y querido en la zona.
Esta vez era distinto. Cuando lo llamó “no respondía” y “ni se movía ni atendía a estímulo”, relatan fuentes policiales a VIVA CÁDIZ. Eran poco más de las ocho de la mañana, y comenzaron a sucederse los avisos al Servicio de Emergencias 112 alertando de que lo ocurrido. Inmediatamente, activaron a los servicios sanitarios y a las fuerzas de seguridad, que no pudieron más que certificar su fallecimiento, indican desde el 112. Hasta el lugar de los hechos, además de sanitarios, se desplazaron efectivos de la Policía Local y Nacional.
La autopsia determinará ahora las causas de su fallecimiento, aunque todo a punta a que fue muerte natural. Desde este lunes la arena de la playa Victoria está un poco más huérfana.
