La Policía Local de Cádiz intervino en la madrugada de ayer en un accidente de tráfico en el que
dos personas resultaron heridas leves en el entronque de entrada de la ciudad. En una investigación posterior, los agentes pudieron comprobar que las integrantes del vehículo, que circulaba a gran velocidad procedente de San Fernando
, habían subido a sus redes sociales vídeos bebiendo alcohol en el interior del coche. La
persona identificada como conductora, por su parte,
duplicaba la tasa permitida de alcoholemia.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 4.30 horas del lunes, cuando se dio aviso de la colisión de un turismo contra los bordillos de dos de las zonas ajardinadas ubicadas en la zona. El coche, un Peugeot 307, provenía a gran velocidad de la autovía de San Fernando con
cinco ocupantes en su interior. Como resultado del siniestro el vehículo, que acabó debajo del puente elevado que va hacia Puerto Real, resultó con importantes daños en su estructura, mientras
dos de las ocupantes resultaron lesionadas de carácter leve. Los agentes de la Policía Local se personaron inmediatamente en el lugar y procedieron a señalizar la zona del accidente y a socorrer a las lesionadas, solicitando la presencia en el lugar de los servicios sanitarios para atenderlas.
Cuando los agentes intentaron identificar a la conductora del vehículo,
percibieron versiones contradictorias entre las ocupantes acerca de quién conducía. Tras entrevistarse por separado con las implicadas, lograron dar con la identidad de la conductora. Y, como fruto de estas indagaciones, los agentes también tuvieron conocimiento de que en el momento del accidente las implicadas se encontraban grabando un directo para la red social Instagram.
Ante los indicios de encontrarse ante un presunto delito contra la seguridad vial, los agentes requirieron el visionado del vídeo, logrando identificar sin ningún género de dudas a la conductora del vehículo. Tras ser sometida a la prueba de alcoholemia, la conductora arrojó un resultado de 0,57 mg/l de alcohol en aire espirado, por lo que se procedió a investigarla por un delito contra la seguridad vial por conducir bajo los efectos de bebidas alcohólicas.
Dicho delito lleva aparejada la pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años. Conducir con esa tasa de alcohol supone
una grave alteración en el rendimiento en la conducción, tener una falsa seguridad en sí misma que lleva a sobrevalorar la capacidad para conducir, y esta circunstancia es observada por los agentes en el vídeo, ya que
la conductora desatendía la conducción, soltaba las manos del volante para bailar, ingería alcohol de una botella de whisky, a la vez que cantaba y gritaba interactuando con el resto de ocupantes del vehículo, que se encontraban en la misma actitud.
La persona que iba en el asiento del copiloto, viajaba sin cinturón de seguridad y circulaban a una velocidad por momentos en torno a 130km/h en una vía limitada a 80.
Por tales motivos se va a investigar a la conductora por otro presunto delito contra la seguridad vial al conducir con temeridad manifiesta, no solo hacia otros usuarios de la vía, sino hacia los propios ocupantes del vehículo. Este delito lleva aparejadas penas de prisión de seis meses a dos años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta seis años. La conductora ha sido citada la semana que viene en el juzgado de instrucción para ser juzgada en juicio rápido.