En apenas dos o tres semanas habrá acabado la actuación urbanística en las cubiertas de la iglesia de San Agustín, y con ello el principal objetivo que se venía marcando la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno en el terreno de la preservación de su rico patrimonio.
La intervención ha sido posible gracias a la colaboración de la propia hermandad, del Obispado Asidonia-Jerez, del Ayuntamiento que aportó el proyecto realizado por su arquitecto Ángel Zurilla y por la obra social de Cajasol, entidad que puso en marcha en su día un concurso para subvencionar el proyecto a través de la aportación de sus clientes, que tuvieron la oportunidad de votar on line la iniciativa más interesante de las presentadas. Este concurso aportó en torno a 62.000 euros a un presupuesto que finalmente ha sido de unos 100.000, bastante menos de lo previsto inicialmente.
La obra queda suficientemente justificada con el grave deterioro que sufrían las cubiertas, cuya rotura parcial venía produciendo filtraciones de aguas pluviales en la trasera del retablo mayor del templo, con el consiguiente riesgo para las sagradas imágenes de la iglesia, entre ellas las del propio Nazareno.
Los trabajos dieron inicio con el desmonte de las cubiertas y sus elementos, siguiéndole el zunchado del perímetro de la cubierta, la colocación de nuevas vigas más resistentes, de los correspondientes rasillones y gatifa, así como la impermeabilización de la techumbre. Lo más complicado en este sentido fue el desmontaje de una parte abovedada y la actuación sobre el ábside.
La empresa que realiza los trabajos es Reformas Arcos MH y cuenta con una importante experiencia en obras vinculadas al patrimonio histórico en distintas ciudades y pueblos andaluces, en ocasiones trabajando directamente para el Obispado.
Las obras fueron visitadas por el alcalde, José Luis Núñez, acompañado del miembro de la junta de Gobierno de la hermandad Antonio Oñate, del delegado de Cultura, Domingo González, y del gerente de la empresa, además del arquitecto redactor del proyecto, Ángel Zurilla. El primero justifica la actuación con la importancia del templo como lugar abierto al culto y como punto de peregrinación de los arcenses y numerosos visitantes. Núñez se congratuló de que la obra fuera del agrado de numerosos vecinos de Arcos que habitualmente rinden culto a Nuestro Padre, como también deseó que la obra sea duradera en el tiempo y que no haya que llevar a cabo nuevas restauraciones de forma inminente.
Por su parte, el hermano Antonio Oñate se mostró satisfecho con las obras porque se cumple un objetivo, como también agradeció la implicación del Ayuntamiento por haber presentado el proyecto a la obra social de Cajasol y aportar el proyecto. Oñate coincidió en la necesidad de haber realizado la intervención con urgencia para impedir el deterioro progresivo del templo. No obstante, admitió que habrá que seguir llevando actuaciones de mayor o menor calado para la recuperación total de la iglesia. Por lo pronto, el Ayuntamiento se hubiera brindado a limpiar de maleza la zona con vistas a la peña de Arcos.
Los trabajos que se acometen en la actualidad alteran, como es lógico, la entrada en el templo por la ocupación de una batea y el trasiego de operarios.