El homenaje a los maestros jubilados es más que un acto ya tradicional en la agenda veraniega de la Delegación municipal de Educación y por tanto del Ayuntamiento. Es una cita donde la figura del maestro como educador en lo académico y en lo humano, recobra fuerza y un sentido absolutamente generacional, pues se trata de personas que durante décadas lo han dado todo por nuestros niños, hoy nuestros hombres y mujeres en muchos casos.
Por ello, la capilla de La Misericordia se convirtió un año más en el escenario emocional del momento en que, oficialmente, un grupo de profesores se despide para tomarse las vacaciones más largas de su vida.
Se trata de Ana Álvarez, una maestra de toda la vida del colegio Juan Apresa, del eterno profesor de francés en el Instituto Alminares Juan Bosco y del siempre encantador Salvador Pérez Salas, éste jubilado anticipadamente por motivos de salud. Los tres fueron presentados por la delegada municipal de Educación, Mercedes Álvarez, quien ya fuera alumna de Juan Bosco Navarro en los tiempos que los que el instituto era el Instituto Mixto Miguel Mancheño.
El acto contó con la presencia de la delegada provincial de Educación, Blanca Alcántara, quien expresó en nombre de la consejera del ramo su agradecimiento y admiración hacia la tarea que los profesores jubilados han prestado al servicio de la sociedad.
Alcántara habló de una etapa larga que comienza ahora para estos profesores, una vacaciones dilatadas en el tiempo, que sin por ello harán que pierdan el norte de su filosofía como maestros de la vida. Por ello, la delegada se refirió al magisterio no como una ciencia o una materia más, sino como una actitud ante la vida de la que difícilmente se podrán despojar estos maestros.
En nombre del Ayuntamiento, el alcalde, José Luis Núñez, agradeció la aportación de estos profesores a la educación en Arcos de la Frontera, destacando, por un lado, el carácter dialogante y el talante siempre amable y correcto de Juan Bosco en el terreno político, pues además de profesor fue en tiempo concejal y miembro activo dentro de IU en la ciudad; como también enalteció el carácter humano y cercano de la profesora Ana Álvarez y el inconmensurable perfil social de Salvador Pérez Salas, con quien compartió hace años un exitoso programa radiofónico en Antena 3 en torno a la educación de los niños y jóvenes, además de ensalzar su papel crucial en la recuperación del carnaval en Arcos.
El emotivo acto se cerró con la imposición de las medallas de la ciudad a los tres profesores homenajeados, así como con un pequeño ágape en el Palacio del Mayorazgo, muy agradecido a las dos de la tarde de un día histórico de calor en la ciudad. Antes, Juan Bosco Navarro resumió perfectamente el sentimiento que embarga a estos profesores en el momento crucial de sus vidas de la jubilación.
Navarro Grau explicó que el acto institucional es como chocarse con la realidad de una jubilación que ni él ni sus camaradas se creían hasta el mismo acto. Porque detrás queda toda una vida dedicada a la educación, un traje del que ciertamente no se han podido despojar durante años. Como él mismo explicó: “Por la fuerza de la costumbre no nos olvidaremos de nuestro trabajo”.
Pero, como el espíritu crítico que siempre le ha acompañado, aprovechó para, en su nombre y en el de sus compañeros, solicitar a la administración educativa que no recorte los medios y recursos ante la materia posiblemente más definitiva e importante para el futuro de un país, como resulta la educación, para la que espera se mantenga su nivel de calidad pese a que la educación pública “no pasa por sus mejores momentos”. Igualmente, se brindó a seguir colaborando con las peticiones que le vayan llegando, pero sobre todo, y como resumen, explicó que su huella será el recuerdo en la memoria que hayan podido dejar en sus miles de alumnos. “Éso será lo que quede de nosotros”.
