Gracias a la extraordinaria aportación de las últimas lluvias, la cuenca hidrográfica Guadalete-Barbate, a la que pertenecen los pantanos del término de Arcos, han logrado aumentar sus reservas hasta un 28,35 por ciento, cuando hace apenas un mes no superaban el 20 por ciento. Ello supone a la vez que la cuenca contiene 468 hectómetros cúbicos de agua, con lo cual acumulan prácticamente la misma cantidad que hace un año. No obstante, aún siguen muy por debajo de su media de los últimos diez años, que es del 56,13 por ciento.
Por embalses, el de Arcos sigue lleno con sus tradicionales 14 hectómetros cúbicos; el de Bornos sube hasta un 27,50 por ciento teniendo en cuenta que en el periodo anterior a las lluvias apenas alcanzaba un 13 por ciento. Ahora mismo acumula algo más de 55 hectómetros, pero pierde casi veinte puntos respecto a su media de la década.
En Guadalcacín también se nota la mejoría, ya que este embalse alcanza un 26,63 por ciento de su capacidad con un total de 213 hectómetros. Su media de los últimos diez años supera ligeramente el 57 por ciento. En la misma situación favorable, el embalse de Los Hurones es el que más agua ha ganado, para situarse en un 62,22 por ciento gracias a sus 84 hectómetros cúbicos. Curiosamente, este pantano está por encima de su media de la década, que es del 77,48 por ciento.
Con este panorama, y a la espera de incorporar a los datos las aportaciones desde el día 20 de diciembre en adelante, los embalses han ganado recursos para la agricultura y el consumo humano, ya que parte del agua va a parar a la llamada Zona Gaditana. Sin embargo, la situación no es para lanzar las campanas al vuelo porque la tendencia es que cada vez llueva menos, con la salvedad de la borrasca Efraín que ciertamente ha dado un respiro a los embalses.