Ojos de plato. Contagio de borregos

Mientras llegan las vacunas, nos están dando muchas dosis de Bakunin desde del poder moño-guaperas central. Aquí en la periferia vemos como se nos deshilacha el turismo y tráfico en las calles y se nos cortocircuita la alegría eléctrica. Y no es plan. Los deseos de paz, pero sobre todo la prosperidad va por sectores económicos. Las medidas de la Junta de Andalucía para aplacar la plaga están siendo tan razonables como desagradables, pero ahí están los números. De los 577 envirutados por cada 100.000 almas a 135. Para ser criaturas tan indisciplinadas vamos surcando la adversidad con bastante dignidad. Pero sigue habiendo muertos. En tanto llega la inmunidad del rebaño hay que evitar el contagio de los borregos. Elegir entre la bolsa de mascarillas o la vida. Oveja que bala bocado que pierde. Tirar con bala desde la oposición de la Carcasona del Parque es mala baba. Los hosteleros, restauradores, comerciantes y muchos empleados de la sociedad de servicios que tanto nos emplea las están pasando canutas. También hay otros calvarios ¿Qué me dice de la cultura?  los sanitarios, profesores, repartidores y cuerpos de seguridad en este estado del malestar. Las amas de casa. Los yayos y pensionistas. Los parados y vecinos en vísperas de ERE. Vaya plan navideño: duro como guirlache. Ahora toca, apretar los dientes y salir para adelante remando todos juntos  en la misma dirección. En resumen, cuídese, mucho amor y templanza, habrá navidades mejores, se lo aseguro. Salud y ¡Felices fiestas!