Ha recorrido el mundo con su mejor aval, orgulloso de su tarjeta de presentación: no haber renegado nunca de su Málaga natal. Los premios le caen del cielo -¡ha recibido 42 en su trayectoria profesional!-, el último el de mejor actor en el Festival de Cannes por su papel en ‘Dolor y Gloria’, el testimonio vital, la película/regalo que nos ha ofrecido el Almodóvar más intimo y personal. En 2015 recibió el Goya de Honor y es Hijo Predilecto de Andalucía. Actor, director, empresario. Banderas es un triunfador al que también le duelen las cicatrices de la vida: sufrió un ataque al corazón en 2017 pero salió tan fortalecido-con tantos proyectos nuevos- como el guerrero que, tras la dura batalla, respira hondo el reconfortante aire del triunfo conseguido con esfuerzo.
Tras su infarto, Almodóvar le dijo, poco más o menos, con ojo de psicoanalista: “Antoñito, hijo, tú tienes una tristeza nueva que tienes que explorar porque te va a dar muy buenos momentos”. De esa luz que desprendía el mejor y renacido Banderas, el mago Almodóvar sacó de su chistera ‘Dolor y Gloria’, la octava película del director manchego. No trabajaban juntos desde ‘La piel que habito’, un rodaje donde los dos iconos del cine mantuvieron algunas diferencias que han decido olvidar. “Pelillos a la mar”, que dice mi vecino.
He visto ‘Dolor y Gloria’ y me ha emocionado: Almodóvar ha decido sacar a pasear sus demonios interiores en una cinta que atrapa al espectador. Me ha gustado el papel de Banderas (Salvador Mallo), el alter ego de Almodóvar. Un Banderas al que acompañan en el reparto Penélope Cruz, Asier Etxeandia, Nora Navas y Leonardo Sbaraglia. Uno de los momentos más bellos de la película es la conversación que mantienen la madre del director (Penélope Cruz) y Salvador Mallo (Antonio Banderas), una escena llena de cariño y complicidad entre ambos.
Banderas insiste en la idea de ser profeta en su tierra, la Ciudad del Sol: ha puesto en marcha en Málaga el Teatro del Soho, espacio que contará con 900 butacas y donde el actor aportará cada año ¡225 mil euros! sin esperar beneficios económicos. También está inmerso en un musical, ‘A Chorus’, espectáculo multipremiado de Michael Bennet.
Admirado Banderas, entrañable Antonio: tú sí que eres ‘Marca España’. Con un par. Como Nadal. Como Raphael. Como Almodóvar. Habéis recorrido el mundo con España en el corazón, un recuerdo perenne tan eterno y tan bello que os acompaña como un amor de juventud. No es ninguna obviedad en los tiempos que vivimos, ojo, ahora que abundan los mercenarios/as que venden a España como una vulgar ramera de arrabal.
Tranquilo/a, querido/a lector/a, no me extraña nada: conozco a más de un/a tocapelotas que, en sus delirios más incomprensibles, sería capaz, incluso, de poner precio a su propia madre.
