Exigen más protección para la zona de Campo de Guía

Decepción es la palabra que mejor define el estado de ánimo latente en el seno de la lataforma Campo de Guía tras analizar el borrador del documento de aprobación provisional 2 que próximamente se elevará al pleno. Sus miembros alertan de que “una auténtica espada de Damocles” pesa sobre la histórica área bodeguera que comprende las calles Los Moros y Valdés y que constituye un ejemplo típico de un ensanche industrial decimonónico. El colectivo se muestra disconforme con los niveles de protección de los que gozarán la mayoría de las bodegas, al tiempo que critica la “confusión y la falta de información” recibida de manos de Territorio y Ciudad.

En primer lugar los activistas critican que “el Campo de Guía se haya dividido en dos, abordando por un lado la parte que está en el casco histórico (números pares) y, por otro, la acera (números impares) que está en el exterior”. Humberto Jiménez, uno de los componentes de la plataforma, considera que “el valor del Campo de Guía no es tanto el de cada bodega por separado como su conjunto”. Esta idea de globalidad es, a su juicio, “equiparable a la de los pueblos blancos, cuyo interés reside más en el trazado de las calles, el ambiente, los olores, etc”. Este entorno es lo que, en su opinión, convierte a la zona “en una seña de identidad del urbanismo portuense”, para él “toda una joya que si estuviera en Madrid o en Barcelona se valoraría más”.

Julio Acale, portavoz de la plataforma, critica que “tras un proceso de participación satisfactorio parece que nuestras propuestas no han sido tenidas en cuenta”. Lo que refleja el borrador del documento acerca de la parte del campo que está fuera del centro, la acera de Valdés más próxima a la playa, es que “la mayoría de las bodegas tienen un nivel de protección mínimo o nulo”. Según sus datos, sólo la bodega Campbell Vieja -situada junto a la plaza Enrique Bartolomé- está catalogada con el tercer nivel de protección, de carácter parcial y centrada en la tipología y la constitución del edificio, en el resto -incluidas algunas históricas como las de Cuvillo o La Cuadrada-, se permite el uso residencial ".

La versión de Acale apunta a que “se ha producido una regresión con respecto a las propuestas de reutilización de los cascos bodegueros realizadas por el anterior equipo redactor del PGOU del Gobierno anterior”. El portavoz recuerda que “por ejemplo la de Campbell Vieja estaba destinada a una biblioteca pública, ahora se permite la construcción de viviendas al tiempo que no nos aclaran si las bodegas albergarán equipamientos necesarios para la ciudad como museos, centros de restauración, piscinas, etc”. Dentro del casco histórico, Acale no entiende “cómo sólo está protegida con el segundo nivel, de carácter integral, a la bodega de Mora cuando hay construcciones con menos de diez años de antigüedad más protegidos en un polígono industrial”.

Sobre la “falta de información”, añade que “de la parte del Campo de Guía incluida en el casco histórico no se nos ha informado nada con la excusa de que “esos datos irían en el Plan Especial de Protección del Casco Histórico (Pepch). Una información “confusa”, a criterio de Acale, debido a que “en un precatálogo del casco histórico figuran bodegas de la calle Valdés situadas más allá de los límites de éste”.

Desde el Gobierno municipal responden que aún es pronto para hablar sobre este asunto. Ese momento “llegará cuando el documento del PGOU esté terminado”, añaden.

Lo más preocupante para la plataforma es que “el equipo redactor dice que lo que se haga en ambas ceras de Valdés tendrá coherencia”, de manera que, “visto los planes para una parte, nos echamos a temblar”. Por ello, advierten que “volverán a salir a la calle” si es necesario.