Fue a través de un artículo de Vicente Oya Rodríguez como descubrí la palabra “jaenciana” o “jahenciana”, así como su significado. Un 9 de junio de 1466 el Rey Enrique IV confirmó una serie de privilegios que, previamente, habían sido concedidos por Enrique II a la ciudad de Jaén. Entre ellos estaban los siguientes:

“… oviese en la dicha cibdad de Jahén una casa de moneda y que se pudiesen labrar y labrasen en ella monedas de oro, y de plata, y de billón, cada y quando él o los reyes que después dél sucediesen las mandase labrar, segund y por la forma e manera y cómo se labraban e podían labrar en las otras sus casas de moneda que son en algunas cibdades de sus reynos”

“Ytem, que todas la monedas e paños e qualesquier cosas que la dicha cibdad de Jahén se ficiesen e labrasen e criasen oviesen nonbre e fuesen llamadas jahencianas”.

Fue por ello que con fecha 13 de enero de 1473 se crearía la Casa de la Moneda (conocida también como “Casa de la Munición”), en la calle de Santa Clara y, de la cual, queda aún memoria. Pero eso es otra historia.

Lo que viene al caso es que las monedas y los productos originarios de Jaén portaban la denominación de “jahencianos” y, sí, para solventar posibles dudas, se escribía con h, de Jahén.

Fue por eso que denominamos “Noche Jahenciana” a esa celebración que el próximo 22 de septiembre alcanza ya su cuarta edición. Una noche mágica, en la que la ciudadanía de Jaén y provincia saldremos una vez más a las calles del Conjunto Histórico de la capital para reconocernos en sus calles, descubrir sus espacios singulares y disfrutar de espectáculos y gastronomía especialmente ideados para este evento.

La Noche Jahenciana puso en evidencia ante miles de personas que las expresiones tipo “Jaén no tiene nada que ver”, eran injustas y derrotistas, carentes de toda lógica en una ciudad que este año, en la cuarta edición de dicha Noche, abrirá casi dos decenas de monumentos. Y siguen quedando monumentos pendientes de abrir.

Creo que el proyecto “Jaén Genuino”, del Viva Jaén, con sus diferentes acciones, ha sido revelador y ha dejado en evidencia algunas posturas de ignaros y agoreros en cuanto a los valores y potencialidades, indiscutibles hoy, del Conjunto Histórico de Jaén.

La Noche Jahenciana se ha convertido, a mi humilde entender, en la exteriorización multitudinaria de una ciudadanía culta que ha decidido saber de donde viene y sentirse orgullosa de lo que tiene. Sólo falta que nuestros gobernantes, como fiel reflejo de dicha sociedad que son, se embarquen en el necesario empeño de rehabilitar, embellecer y recomponer un Conjunto Histórico que nunca debió ser abandonado a su suerte.

El 22 de septiembre el antiguo “Jahén” les espera. No se lo pierdan.