Este descenso está muy lejos de los porcentajes de principios de este año, que superaron el 50 por ciento. Esta mejora sustancial de las ventas ha sido bien recibida por los concesionarios, aunque advierten que la comparación se hace con meses en 2008 en los que “la crisis era profunda”, según su presidente provincial, Gerardo Pérez.
En esta tendencia al alza (en un mes se ha reducido la mitad la caída) han tenido un protagonismo destacado los compradores particulares. Su aportación ha sido decisiva, al hacer que su segmento creciera un 4,18 por ciento. En contraposición, la empresa se ha vuelto a hundir y sus matriculaciones descienden un 31,5 por ciento.
El presidente del colectivo cree que si se confirma el mercado se puede mover en unos 850 vehículos matriculados de media, una cantidad “mala pero razonable” en la coyuntura actual. No en vano, nueve de cada diez vehículos que se están matriculando van financiados con el plan.
En cuanto al futuro, las previsiones son algo mejores. Las caídas “no serán muy fuertes” y el mercado tenderá a mantenerse, según Pérez, quien resalta que los problemas de liquidez de las firmas se están solucionando.