Ni el paisaje, ni la historia, ni la tradición consiguieron hasta hace unos años atraer a los jóvenes a esta zona de la ciudad, algo que sí están consiguiendo los precios
Llega una pareja de jóvenes a una inmobiliaria buscando piso, una vivienda que se adapte a sus exigencias para los primeros años de vida en común, que sea cómodo, confortable, que esté bien comunicado, si puede ser de obra nueva y a buen precio. La respuesta casi siempre apunta al mismo sitio: el centro. Así lo han confirmado las distintas inmobiliarias consultadas por este periódico.
El principal quebradero es cuánto cuesta y de cuánto se dispone. Ni el paisaje, ni la historia, ni la tradición consiguieron hasta hace unos años atraer a los jóvenes a esta zona de la ciudad, algo que sí están consiguiendo los precios.
En la oficina del centro de la Inmobiliaria Hispania afirman que los pisos más baratos en relación calidad-precio están en el casco antiguo. “Aquí puedes encontrar un piso de nueva construcción, con ascensor, de dos habitaciones y con trastero por 186.000 euros, sin embargo en extramuros por ese dinero podemos conseguir un piso sin ascensor, sin trastero, y con muchos años de antigüedad”.
Antonio, uno de los trabajadores de esta inmobiliaria, afirma que los propietarios de viviendas de segunda mano que quieren vender “todavía no se han enterado de que la situación ha cambiado y de que en estos momentos no pueden competir con las posibilidades que brindan las nuevas construcciones. Intentan no bajar los precios, pero finalmente se ven obligados a ceder poco a poco”.
En extramuros los precios suelen oscilar entre los 210.000 y los 252.000 euros, mientras que en el centro se pueden encontrar viviendas en condiciones similares por 200.000, un presupuesto que si bien se escapa de lo que muchos se pueden permitir, son indudablemente más atractivos.
José Linares, de la inmobiliaria Prodyser, corrobora la versión de Hispania. “Los precios ahora están más acordes y los del centro son los que más se ajustan, lo que se está convirtiendo en un reclamo para los jóvenes que buscan su primer hogar”.
Según Linares, muchas de las personas que van a comprar un piso desconocen las posibilidades que hay en el centro histórico, “de hecho las II Jornadas de Puertas Abiertas que el Círculo Inmobiliario organizó este año han servido para volver a poner sobre la mesa el desconocimiento que existe en este sentido”.
A pesar de todo, todavía quedan varias promociones nuevas sin vender, y esto se debe especialmente a las duras condiciones que ponen los bancos para conceder una hipoteca. La mayoría de los jóvenes se presentan con su primer trabajo, o con empleos de corta duración y así las financieras no se arriesgan. Una situación que ha obligado a parar varias actuaciones urbanísticas en distintas zonas de la ciudad, sobre todo, en el casco histórico, hasta que no se dé salida al remanente.
A las viviendas de obra nueva hay que sumar las múltiples rehabilitaciones integrales que se están llevando a cabo también en el centro.
“Todo es acostumbrarse, hay gente que el centro en principio no lo quieren y una vez que se van allí a vivir no lo cambian por nada”, apunta Linares.
Estos cambios traen consigo otra realidad y es que a corto plazo será necesario dotar el casco de equipamientos acordes con sus nuevos vecinos.