La sudafricana Caster Semenya, inmersa en un test de feminidad cuyos resultados se conocerán dentro de varias semanas, alimentó las sospechas sobre su género al ganar la final de 800 metros con un margen de 2.45 segundos, el más amplio en la historia de los campeonatos del mundo.
Su marca de 1:55.45, conseguida sin descomponer el gesto, resultó inalcanzable incluso para la defensora del título, la keniana Janeth Jepkosgei, que llegó segunda a la meta con 1:57.90, seguida de la británica Jennifer Meadow.
Jepkosgei recorrió a un ritmo vivo la primera vuelta en cabeza (56.83) y Semenya apareció arriba para sentenciar a 250 metros de la meta con un ataque que dejó clavadas a sus rivales.
Mayte Martínez, medallista de bronce en Osaka 2007, consiguió un laborioso séptimo puesto.
En su cuarta final consecutiva de unos Mundiales, Mayte Martínez, de 33 años, se descolgó desde la salida, sin cebarse en el ritmo acelerado que impuso Jepkosgei. La vallisoletana terminó séptima con un tiempo de 1:58.51.
Recuperada de una reciente tendinitis en la rodilla izquierda, Mayte, que regresaba a una gran competición después de muchos meses de inactividad por una fascitis plantar, no había bajado este año de los dos minutos antes de llegar a Berlín.
Esperaba una carrera rápida y limpia, aunque no tanto como la de Osaka 2007, en la que, tras ir descolgada, avanzó incontenible en la recta principal para ganar la medalla de bronce. Sin embargo, la final fue mucho más rápida que aquella.
Por su parte, Pestano, plusmarquista español de disco con una marca de 69,50 metros, volvió a fracasar en la hora decisiva al clasificarse décimo en la final de los campeonatos del mundo, por debajo, incluso, de su modesto objetivo de terminar entre los ocho mejores.
El primer tiro de la final no fue bueno y eso tal vez socavó su confianza. Con 62,76 empezaba quinto y su nulo en el segundo turno le retrasó hasta el noveno. Necesitaba pasar de 62,83 en el tercero para seguir en la contienda pero se quedó en 62,27.
Una vez más, había quedado eliminado en una gran competición. En la calificación había lanzado 65,03 metros por la mañana y en su primer intento. En la hora suprema, una vez más, el brazo se le ha encogido.
Por la mañana, Jackson Quiñónez, finalista en los Mundiales de Osaka 2007 y en los Juegos Olímpicos de Pekín, había superado la primera ronda de 110 metros vallas con un tercer puesto en la primera serie y una marca de 13.63, mientras Felipe Vivancos cayó a la primera con un registro de 13.72.
Quiñónez, campeón y plusmarquista español, salió muy lento por la calle ocho (221 milésimas) pero progresó a partir del segundo obstáculo y ganó la tercera plaza con cuatro centésimas de margen sobre el sudafricano Lehann Fourie.
A continuación, Vivancos compartió la segunda serie con el plusmarquista mundial y campeón olímpico, el cubano Dayron Robles. Por la calle seis, el ibicenco también se demoró en la salida (207 milésimas) y sólo pudo ganar un puesto para terminar quinto en 13.72, fuera de los seis tiempos de repesca.
También quedó fuera de la final Javier Bermejo, campeón de España de altura, que falló en 2,27, marca con la que se pasó, y se despidió con 2,20.
El atleta de Puertollano saltó a la primera 2,10, 2,15 y 2,20, luego hizo un nulo en 2,24 y agotó los dos restantes con el listón en 2,27. Igual suerte corrió la barcelonesa Judit Pla, campeona de España de 5.000 metros, que fue eliminada en las series al clasificarse undécima en la segunda serie con un tiempo de 15:54.32, lejos de su mejor marca de la temporada.
“¿Acaso quieres que te muestre mi sexo?”
La sudafricana Caster Semenya, líder mundial de la prueba de 800 metros, se ha visto envuelta en una polémica sobre su feminidad que incluso su entrenador, Michael Seme, encuentra lógica por el aspecto hombruno de su discípula.
“¿Acaso quieres que te muestre mi sexo?”, fue la respuesta de Semenya cuando el empleado de una gasolinera en Sudáfrica puso en duda que fuera una mujer. La musculatura, el bello facial y la apariencia general de la atleta despertaron sus dudas.
Las sospechas con respecto al género de Semenya, de 18 años, surgieron no solo por su aspecto, sino porque este año, en los campeonatos africanos, rebajó en ¡siete segundos! su marca personal en 800 para dejarla en 1:56.72, la mejor del mundo este año. “Entendemos que la gente pueda hacerse preguntas porque ella parece un hombre. La curiosidad es humana”, comentó Seme.
Semenya ha sido sometida a un control de sexo por la IAAF en Berlín, pero fuentes de este organismo indicaron a la Agencia Efe que los resultados no podrían ser conocidos antes de la final que la sudafricana disputó ayer.
Los controles de sexo, introducidos por el COI en los Juegos Olímpicos de México'68, dejaron de ser obligatorios en los de Sydney 2000 y ahora sólo se practican en casos excepcionales.