El tiempo en: Alcalá la Real
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Las turbulencias en Airbus reavivan la fusión Alestis-Aciturri

La caída del negocio obliga a ganar tamaño para sobrevivir y la árabe Mubadala, que ya trató de entrar en Aernnova, podría participar en la unión

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • planta de alestis -

Pese a los triunfalismos permanentes sobre el sector aeronáutico en Andalucía por parte de la Junta, quienes están metidos en él saben que la situación pinta regular. El monocultivo casi exclusivo de Airbus como cliente del centenar de empresas que hay en la comunidad está volviendo a pasar factura y vuelve a repetirse esa frase hecha que es ya un clásico: cuando Airbus se constipa, las empresas auxiliares cogen una pulmonía.

Tanto en el negocio militar, con las reducciones de producción del C295 este año y el próximo al menos por la falta de pedidos y del A400M por el retraso en el cierre de los nuevos contratos de exportación, como en el civil -el A380 sigue sin venderse y el A350 no crece tanto como estaba previsto- las noticias no son buenas. Los proveedores de primer nivel (tier 1, en la jerga) españoles de aeroestructuras están sufriendo este bajón de la producción. Son tres: Aernnova (vasca), Aciturri (castellanoyleonesa) y Alestis (andaluza y controlada mayoritariamente por Airbus tras superar el concurso de acreedores).

Estos dos últimos llevan meses dando pasos hacia su fusión. El proyecto de fusionar los tres es una vieja aspiración que el exjefe de Airbus en España, Domingo Ureña, expresó con claridad hace ya años. Lo cierto es que el tamaño de cada uno de ellos por separado no es equivalente al de otros tier 1 europeos, lo que les resta competitividad y atractivo.

No ya sólo ante Airbus, una ubre de la que no saldrá mucho más alimento que ahora, sino sobre todo ante los otros grandes constructores aeronáuticos mundiales como Boeing, la brasileña Embraer y la canadiense Bombardier.

Alestis y Aciturri coinciden en programas para los que trabajan (A350, A380, A320, C295) y en ubicaciones de sus plantas, por lo que unirse saldría caro en despidos y algún cierre de alguna fábrica. Pero quizá un tercer socio financiero, como la árabe Mubadala que ya se quedó con la miel en los labios de comprar la mayoría de Aernnova hace unos años, podría capitalizar la nueva empresa y aliviar esos costes de integración. Atentos a las turbulencias.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN