Has de saber tú, siempre mi destinaría ciudad de El Puerto, que me ha alegrado saber que lucirás de gala por las fiestas patronales.
Aún recuerdo aquellos días de septiembre levantándonos a las cinco de la mañana para ir al viacrucis, y a tus misas que recibían al obispo y a los portuenses devotos de Milagros.
Lucirás de fiesta, Plaza de España, rincón de las piedras, puerta del nazareno y de piedad,
foso del pueblo, hogar de las cigüeñas, madre de los balcones y centro por excelencia.
Y es que eres tan marinero, tan de bahía, tan de gracia que hasta la sal es derramada sobre tu suelo para acolchar los pasos de nuestra patrona.
Que alegría de que su cara morena resalte entre las flores y de que el tiempo nos lleve a los mismos balcones, a los mismos colores de otras épocas.
Vamos a viajar en el tiempo y a la vez a dar un paso más al frente haciendo honor de su nombre y consiguiéndole dar, un año más, el paseo que merece.
Por eso hoy, mi destinataria, solo quiero que sepas que me alegro por ti. Y que espero volver a escribirte muy pronto.
Calle Palacio arriba,
que me lleva a la Prioral.
Entre el cante de los Puertos,
sobre una alfombra de sal,
pasea las más morena;
Milagros que guapa está