Cuando preguntamos qué debe hacer un trabajador que se dedique a manipular estos nuevos y artificiales materiales, la respuesta desde Anaes es tajante: “Que deje ya de trabajar con él, que lo deje, que se pase por nuestra sede para informarle de las consecuencias y cómo no, que pase una revisión médica lo antes posible”. Y es que las consecuencias para salud no es un tema baladí, las consecuencias son graves, incluso ya ha provocado varias muertes.
Bien lo saben en el Hospital Universitario de Puerto Real, que dieron la voz de alarma hace años cuando comenzaron a recibir muchos casos de silicosis, todos relacionados con estas encimeras de cuarzo y cristobalita.
“Historia de un brote o de cómo un nuevo producto en el trabajo genera una presentación nueva de una enfermedad antigua: la silicosis”, fue el tema abordado en la décima jornada de prevención de riesgos laborales en la Administración Pública de la mano de la Consejería de Salud y la Diputación de Cádiz.
Una ponencia a cargo, entre otros, de Aranzazu Pérez Alonso y Andrés Rabadán Asensio, médicos que “nos ayudaron y nos ayudan mucho a los afectados en la provincia por silicosis”, enfatizan desde Anaes.
En esas jornadas quedó clara la relación entre el brote de silicosis en Cádiz y el compacto de cuarzo para encimeras de cocina. También se indicaban que entre los años 2009 y 2012 se dieron 46 casos confirmados clínicamente de silicosis en la provincia de Cádiz debido a la manipulación de ese material, cuyo fabricante, no lo olvidemos es el Grupo Cosentino. En Chiclana, 43 casos, en Medina Sidonia, 1 caso, en Jerez, 1 caso y en Sanlúcar, otro. Hablamos de 2012, hoy los casos superan el centenar “y los que quedan por aparecer”, advierten desde Anaes.
La ponencia dejaba igualmente claro que “el material sospechoso” no es otro que el conglomerado artificial de cuarzo, “un material triturado de sílice, cuarzo, granito, vidrio y espejo, utilizado para colocar encimeras de cocinas, baños, solería, y cuya elaboración, trato e instalación de este material puede generar polvo capaz de irritar ojos, nariz y vías respiratorias, pero que una inhalación prolongada puede provocar fibrosis y silicosis, así como el posible empeoramiento de enfermedades pulmonares preexistentes”.
Sobre el tiempo de exposición a este nuevo material para contraer esta enfermedad, desde Anaes aseguran que “hay compañeros que han estado expuestos menos de tres años”.
Sobre cómo los afectados se dieron cuenta de que estaban afectados por silicosis, indican que fue a partir del año 2009 cuando las empresas de prevención de riesgos laborales comenzaron a realizar a los trabajadores expuestos al conglomerado de cuarzo radiografías. “Antes no nos hacían radiografías en ninguna de las revisiones médicas anuales y a partir de ahí comenzaron a detectarse los patrones y las manchitas en los pulmones”.
“Nosotros ya notábamos que algo no marcha bien, porque cualquier esfuerzo nos costaba mucho más, antes subíamos tres tramos de escalera con normalidad y hubo un momento en que nos ahogábamos”, indica uno de los afectados.