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Una encuesta para la reflexión

No creo que ni el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ni el líder de la oposición...

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No creo que ni el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ni el líder de la oposición, Mariano Rajoy, puedan estar muy satisfechos con los resultados de la última encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente al mes de octubre y en la que, en lo que se refiere a intención de voto en unas elecciones generales, se produce lo que se conoce como empate técnico. Concretamente si las elecciones tuvieran lugar mañana, el PSOE y el PP sacarían cada uno el 39,7 por ciento de los votos.

Éste es el único dato de la encuesta del que puede pavonearse Mariano Rajoy, y con moderación, porque aunque es verdad que puede resultar reconfortante para los populares que transcurridos sólo ocho meses desde las últimas elecciones generales estén empatados en intención de voto con el PSOE, también cabe otro análisis: como es posible que con la que está cayendo, el PP no haya superado claramente al partido en el gobierno. La encuesta pone en evidencia que la crisis económica está pasando una clara factura en términos electorales al PSOE y a Zapatero, pero también queda claro que los populares y su líder no nos capaces de ilusionar a los españoles y de ser percibidos como una alternativa solvente.

Si se analiza con un poco de detenimiento las tripas de la encuesta, esa conclusión de desgaste del PSOE y de su líder pero no despegue del PP y de Rajoy es mucho más evidente. Así, por ejemplo, a la pregunta de quién está más capacitado para afrontar una serie de cuestiones, las respuestas son ciertamente negativas para el principal partido de la oposición.

Según los encuestados el Gobierno está más capacitado que el PP para afrontar la cuestión del empleo (37,4 por ciento piensa que el ejecutivo, 24,2 por ciento el PP); la economía (33,3 por ciento por el 29,5 por ciento); política exterior (39,3 por ciento por el 23,6 por ciento) o políticas sociales (49,6 por ciento por el 15,7 por ciento).
Lo mismo sucede cuando se pregunta por la gestión del Gobierno y de la oposición. Para el 32,7 por ciento de los encuestados, la llevada a cabo por el ejecutivo es buena-muy buena; el 44,2 por ciento la califica de regular y el 34,1 por ciento de mala-muy mala. En el caso del PP, sólo el 19,9 por ciento piensa que su gestión está siendo buena-muy buena; el 37,5 por ciento que regular y el 46,6 por ciento que mala-muy mala. En confianza, también Zapatero gana a Rajoy. El 34,5 por ciento de los encuestados dice tener mucha o bastante en el presidente, el 34,8 por ciento poca y el 27,8 por ciento, ninguna. En el caso del líder de la oposición, los números son peores para sus intereses: el 18,3 por ciento dice tener mucha o bastante confianza en Rajoy; el 40,1 por ciento poca y el 37,8 por ciento ninguna.

La encuesta del CIS desvela que al menos hay dos problemas: uno la tiene la sociedad española, porque si después de que Zapatero se haya resistido como gato panza arriba a reconocer que había una crisis económica de gran calado, o después de haber prometido el pleno empleo en su campaña electoral y estar ya en una cifra de parados cercana a los tres millones de personas, obtiene los resultados que le da la encuesta en términos de confianza y de valoración, es que esta sociedad tiene unas tragaderas muy grandes.

El segundo problema lo tiene Rajoy y se puede resumir en tres palabras: falta de liderazgo. De aquí a junio del próximo año habrá tres citas electorales: vascas, gallegas y europeas y habrá que ver qué dicen los ciudadanos en ese momento. De momento tanto Rodríguez Zapatero como Mariano Rajoy pueden seguir hablando de Barack Obama. Ya se sabe que el que no se consuela es porque no quiere.

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