Tomó la palabra inicialmente la delegada municipal de Educación, Mercedes Álvarez, quien dio lectura a la inmensa lista de adhesiones de particulares, empresas y colectivos que han querido sumarse a este reconocimiento. Por su parte el alcalde, José Luis Núñez, manifestó que en esta sesión “se cumple un acto de estricta justicia con el mundo de la educación. Este XXV aniversario viene a significar un montón de recuerdos; recuerdos a los maestros, a las numerosas generaciones de alumnos y recuerdos de tantas y tantas enseñanzas que han convertido a todos sus alumnos en hombres y mujeres de bien”.
Asimismo, el alcalde quiso hacer una mención especial a la presencia salesiana en Arcos por su inmensa labor educativa que desarrollaron durante décadas en la ciudad.
El colegio se ubica en el antiguo convento franciscano, construido en 1604, fue enajenado por el Estado en 1835, tras la exclaustración y desamortización de Mendizábal. Después de diversos cambios de propiedad, la Marquesa de Campoameno lo otorgó en testamento a los Padres Salesianos, aceptándose la herencia en 1913, pero éstos no abrieron escuelas salesianas hasta el año 1916. Años más tarde, el inolvidable padre salesiano D. Juan Bigatti, acometió la obra de reconstrucción del colegio y de la iglesia.
Continuó esta presencia salesiana hasta el año 1967, y ya en 1984, el entonces alcalde D. Jesús Ruiz Fernández, lo adquirió para el Ayuntamiento y lo cedió al Ministerio de Educación que lo insertó como colegio público manteniendo el nombre de Campoameno.
El alcalde también manifestó que “los muros de este colegio han sido testigos mudos casi durante un siglo de una encomiable labor educativa, que hoy la ciudad de Arcos, por medio de su corporación quiere hacer patente con su reconocimiento y entrega de la medalla de la Ciudad”.
En este acto se contó además con la presencia del inspector de Educación, toda la comunidad educativa del centro y representantes de los padres y madres de los alumnos, antiguos maestros y antiguos alumnos.
