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La ordenanza de convivencia sigue sin recibir el visto bueno de la secretaría municipal

Policía espera un informe sobre la idoneidad de su contenido o si es necesario introducir cambios

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El concejal de Policía Local, Carlos Montero, sigue sin tener el visto bueno de la Secretaría municipal para la aprobación definitiva de la ordenanza de convivencia que ha elaborado desde su área y con la que pretende aglutinar actuaciones que pueden ser sancionables y proponer medidas correctoras ejemplares como el pago de multas a través de trabajos sociales.
La intención del teniente de alcalde era obtener el beneplácito de los técnicos municipales a finales del pasado ejercicio, pero la tramitación administrativa está retrasando su puesta en marcha. Así, afirma que desde la segunda quincena de octubre fue remitido el borrador a la Secretaría municipal, que deberá emitir un informe sobre la viabilidad de la aplicación de su contenido o bien reenviarla de nuevo al área de Policía Local para que se efectúen los cambios pertinentes con el fin de que no choque con normativas vigentes o colisionen con los derechos fundamentales de los ciudadanos. Montero ya ha instado en varias ocasiones al secretario a que remita su informe, por cuanto quiere agilizar su aprobación, aunque el numeroso trabajo que soporta este departamento municipal parece ser la causa de ese retraso.
Una vez que el documento reciba la revisión de los servicios jurídicos del Ayuntamiento y de los técnicos, la intención del concejal era remitir una copia a los grupos políticos de la oposición para que aporten propuestas o sugerencias y, en todo caso, lograr el consenso para su aprobación por el Pleno de la Corporación y su posterior entrada en vigor, algo que de momento no tiene fecha exacta en el calendario.
Carlos Montero ya anunció en su día que esta nueva ordenanza iba a ser muy ambiciosa, por cuanto pretende solventar algunos problemas de convivencia como el ruido que provocan algunos conductores con sus vehículos, el que se deriva de la práctica del botellón, los actos vandálicos sobre el mobiliario urbano que tan elevado coste tiene su reposición para las arcas municipales, el consumo de alcohol en la calle, entre otras, algunas más problemáticas como intentar reducir la prostitución en las calles.
Aunque algunas de estas materias ya están reguladas en algunas ordenanzas municipales vigentes, como la del ruido y la del botellón que tiene su propia normativa a nivel andaluz, la intención del concejal de Policía Local es establecer con claridad las multas que se imponen para estas infracciones pero también dar oportunidad a los ciudadanos de evitar su pago económico realizando trabajos en beneficio de la comunidad, lo que sería una iniciativa novedosa en la localidad.
 

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