El Centro de Educación Permanente Arcipreste de Hita no solo es un hervidero de actividad educativa sino también un verdadero semillero de aprendizaje. Un ejemplo de ello es el programa Erasmus+, a través del cual un total de doce alumnos del centro iniciaban en el día de ayer una estancia en Malta, acompañados de dos docentes. El objetivo de este programa es el de promocionar la movilidad educativa tanto del alumnado como del personal, incentivando la cooperación, la calidad, la inclusión, la excelencia, la creatividad y la innovación. No en vano, el centro acaba de recibir su acreditación Erasmus para los próximos tres años y el próximo mes de mayo realizará su segunda movilidad, esta vez en Austria.
Por otro lado, dentro del proyecto “Comunidades de Aprendizaje” se engloban este año más de una veintena de talleres. Las temáticas son de lo más variadas, y van desde la pintura, hasta el teatro, la nutrición, igualdad desde el cine, cultura creativa, crochet o patrimonio, tradiciones y leyendas de las aldeas. Gran presencia tienen también los talleres literarios. El taller de novela histórica lo imparte Enrique López Ríos, ex profesor jubilado del centro. El de escritura creativa corre a cargo de María, voluntaria que es también docente. Finalmente, en el taller de lectura está al frente Fátima Ruíz, amante de la literatura y escritura.
Los talleres incluidos en este proyecto, que dentro de la provincia de Jaén se llevan a cabo solo en los centros de educación permanente de Alcalá la Real y Linares, son impartidos, en todos los casos, por personas voluntarias que realizan su labor de forma altruista y no solamente están abiertos a la comunidad educativa sino a cualquier persona que quiera participar.
Comienzan en octubre y la única condición para participar es inscribirse en un listado que se encuentra disponible a la entrada del centro. “El perfil del alumnado que participa en los talleres es muy diferente, desde estudiantes del centro y aldeas de diferentes edades y personas que vienen por primera vez al centro, nos conocen y deciden matricularse en los distintos planes educativos que impartimos. Es una forma de hacer conocer nuestro trabajo, crear espacios de encuentro literarios, de reflexión, de compartir experiencias educativas. La gente está encantada”, concluye la directora del Ceper Arcipreste de Hita, Carmina Montoya, quien reconoce que “después de la pandemia y con el nuevo equipo docente hemos experimentado un gran cambio y apertura”.
