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Vejer

Hazas de Suerte en Vejer: de Sancho IV a la actualidad, sin olvidarnos de Juan Relinque

LAS HAZAS DE SUERTE DE VEJER, MÁS DE SIETE SIGLOS DE TRADICIÓN

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Hazas de Suerte

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Hazas de Suerte

Hazas de Suerte

Las Hazas de Suerte, suponen mucho más que una siempre cuantía económica que reciben los vejeriegos y vejeriegas cada cuatro años, es parte de nuestra identidad cultural. Desde el siglo XIII, con la Reconquista del Reino de Castilla, comienzan los repartimientos de tierras como compensación a la defensa de los territorios fronterizos, inicio del caldo de cultivo a esta arraigada tradición que ha superado numerosos contratiempos hasta nuestros días. Estas tierras siguen siendo propiedad del común de vecinos, por lo que además de lo que conllevan jurídicamente, es algo que iguala socialmente a todos los nacidos en este rincón andaluz, pues el sentimiento de lo que ello significa, aúna los corazones de la gente de esta tierra cada cuatro años en el Teatro San Francisco y en la celebración de la fortuna de los agraciados en cada esquina, taberna u hogar, pues se hace palpable la alegría entre todos, agraciados y no agraciados, por la suerte de volver a cumplir con un legado único en nuestro país. En los días previos, son numerosas las cuestiones que van surgiendo en torno a ello, por lo que desplegamos algunas de ellas, explicando algunos de sus aspectos más relevantes.

Hazas de Suerte

¿Qué son las Hazas?

Son parcelas de terreno repartidas por el término municipal de Vejer de la Frontera, en los partidos de: Nájara, Alquería, Naveruelos, El Grullo, Naveros Alto, Naveros Bajo, Algarrobo, Fuente Molina, Ventozano, Benitos del Lomo, Esparragal, Arroyo del Cojo y Compradizas. Estas tierras tienen una superficie aproximada de 30 aranzadas, siendo la caballería el doble. Su forma es estrecha y alargada, de ahí su denominación, procedente del latín “faja”. Al tener esta forma tan peculiar, la división del terreno era mas igualitaria, pues todas las porciones tendrían características similares y además, la labor de las mismas era mas beneficiosa, pues el arado romano no tenía que hacer tantas maniobras de vuelta.

Hazas de Suerte

¿Cuántas hazas hay y cuáles son las mejores?

Los mayores de la localidad defendían que existían tantas hazas como días tenía el año, por tanto 365; no obstante, estos datos fueron variando y desde que tenemos cifras certeras, eran de 356. Esa cantidad, es la resultande la pérdida de las Hazas de Cañada Ancha, en el siglo XVIII; las 8 hazas de Naveros que tenía en usufructo el Convento de Ntra Señora de la Concepción en 1835, al ser desamortizado y las 31 hazas de la Marmosilla, cedidas a la compañía desecadora de la Laguna de la Janda de Segismundo Moret, a mediados del siglo XIX. Posteriormente, al segregarse el pueblo de Barbate y Zahara de los Atunes en 1938, se le entregaron 124, en los partidos de Manzanete, Bujar y Marmosilla, en su término municipal, e incluso en Cantarranas, Algar y Compradizas en el vejeriego.

Resumiendo, en la actualidad en Vejer se siguen sorteando 232 hazas, siendo más o menos de igual cuantía, aunque existe la creencia de que hay partidos que comprenden las de mejor calidad y por tanto de mayor valor monetario, creencia procedente de los tiempos en los que ciertos partidos no pagaban nada a la Casa Ducal, por lo que las demás estaban agravadas.

Hazas de Suerte

¿Cuál es el origen del repartimiento de tierras?

El rey Sancho IV, en 1288, ordena el primer repartimiento de las tierras del término vejeriego para aquellos caballeros y “gente de a pie” que quisieran venir a morar estos lares y así defender la frontera. Además, da unas cartas pueblas donde se dejaban establecidas una serie de libertades de labranza y crianza para los vecinos. Estos privilegios reales se fueron quedando en un segundo plano, desde que en 1307 el señorío de Vejer es entregado al ducado de Medina Sidonia y la casa de Guzmán fue usurpando algunos de ellos hasta el siglo XVI, momento en el que el pueblo se levanta ante tales injusticias. Será en dicho siglo, tras ganarse el pleito entre las partes, cuando se establezca el sorteo de las tierras en un periodo de cuatro años.

Por tanto, hay que desechar la antigua idea de que “una señora con mucho dinero” las quiso regalar para los pobres del pueblo de Vejer.

Hazas de Suerte

¿Quién era Juan Relinque?

En la década de los 30 del siglo XVI, el síndico personero Juan Relinque, único cargo concejil electo de la vecindad, interpone una demanda de 15 capítulos a la casa Medina Sidonia, en nombre de los vecinos y vecinas de Vejer, ante las usurpaciones de derechos que se estaban acometiendo. En la Real Chancillería de Granada, es donde se entregan los argumentos y pruebas documentales de ambas partes para llevar a cabo el juicio, que definitivamente dará la razón al municipio en 1566.

El vejeriego Juan Relinque, esposo de Leonor Sánchez, vivía en su modesta casa del arrabal de la villa, en concreto en la calle de La Fuente, con el sustento de su oficio de cantero y las labores de la huerta que tenía en Fontcubierta, su borriquillo y algunas colmenas; murió en 1554, sin ver resuelto el pleito que tantos “sinsudores” le había suscitado. Para el pueblo, Juan Relinque es un verdadero héroe, pues su hazaña ha sido fundamental para que aún gocemos de este patrimonio comunal. Se le dedicó una de las calles más emblemáticas de la localidad a finales del siglo XIX, a mediados del pasado siglo una placa en su honor y hace unos años, la estatua que muestra su figura con la cédula real en la mano, aval de la lucha segura y legal por los intereses de todos los convecinos.

Aunque en el pleito los jueces Covarrubias, Rivas de Neira y Bellido, dieran la razón a los vejeriegos en todas las cláusulas que habían formalizado la demanda, se hizo preciso llegar a unos acuerdos con la casa ducal. Tras modificaciones posteriores y nuevas transacciones, será a finales del  XIX cuando se deje de pagar una fanega de trigo por haza a los Guzmanes, gracias a las gestiones de la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

Hazas de Suerte

¿Para qué se usaban estas tierras?

Estas tierras han posibilitado a muchos de los agraciados poder subsistir en los tiempos mas duros, pues con su cultivo, ganaban holgadamente el jornal durante cuatro años. De esta forma, un agricultor podría serlo sin ser tener tierra en propiedad. Así mismo, desde los inicios se ha contemplado la posibilidad de arrendar el haza a terceros, a cambio de una renta en especie o económica. Un antiguo refrán dice que “el rico debe a las hazas el serlo y el pobre, el poderlo ser”, ya que gracias a estos terrenos, en nuestro pueblo podría un pegujalero cambiar de estatus, al ganas buenas cuantías con la agricultura y ganadería en estas hazas. La burguesía agrícola de mediados del siglo XIX e inicios del siglo XX, llegaron a llevar en arrendamiento buena parte del cómputo total de las tierras, por lo que se estaban beneficiando en demasía de los bienes de todo un pueblo, de ahí que en el Reglamento de Hazas de 1958, se configurara la cantidad de tierras que puede llevar cada “asentado”, un máximo de dos hazas, que es la persona que trabaja la tierra y paga la renta anual. Los asentados, también recibirán por suerte las hazas a trabajar, una vez que quede vacante alguna de ellas. Por tanto, lo que en la actualidad se sortea, son las rentas de estas tierras.

En siglos pasados, también se contemplaba el uso de las hazas como salario, repercutiendo en el beneficio público de la sociedad vejeriega. De este modo, el médico, cirujano, maestro de escuela, director de la banda de música… recibían en usufructo una serie de hazas a cambio de ejercer su profesión en aras de los vecinos y vecinas de Vejer. De este modo, en 1593 se entregaron al Convento de Nuestra Señora de la Concepción, 4 caballerías u 8 hazas, para que una joven pobre honesta del pueblo pudiese aportar dote al profesar como monja. Estas hazas, erróneamente, fueron enajenadas con la Desamortización de Mendizábal.

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¿Porqué somos el único pueblo que las ha conservado?

Al ser propiedad de todos y cada uno de los vecinos y vecinas de Vejer, las distintas leyes desamortizadoras, las políticas de los distintos ayuntamientos, expropiaciones… no han podido usurpar las mismas, pues para ello deberían estar de acuerdo todos los empadronados. En otros lugares de la geografía española, fueron perdiéndose por algunos de estos motivos. Al crearse la Junta de Hazas en 1868, organismo garante de la conservación, uso, buen funcionamiento… de los sorteos y lo que conlleva, así cómo de la gestión de la propiedad, se inscriben todas las hazas en el Registro de la Propiedad de Chiclana de la Frontera como bienes comunales en 1875, por lo que se le da mayor entereza a la legitimidad de los vecinos sobre las mismas. La Junta de Hazas se compone de los 17 concejales de nuestro ayuntamiento y el mismo número de representantes del pueblo, compuesto de asentados, comerciantes, asociaciones…

Barbate, pueblo vecino segregado de nuestro suelo en 1938, también conserva esta tradición, pues en el reparto de bienes y haberes de entonces, les fueron entregadas 124 hazas y creó poco después su propia Junta de Hazas en 1940.

Hazas de Suerte

¿Quién tiene derecho al sorteo?

Cada cierto tiempo se crea el “Padrón de Hazas”, donde se inscriben todos los cabezas de familia, de ambos sexos, casados y casadas, naturales del municipio y empadronados en el mismo. También entran los forasteros que han contraído matrimonio con alguien natural de Vejer y los extranjeros que lleven 20 años consecutivos viviendo en el pueblo. Los solteros o solteras sin emancipar entran como menores de sus padres; los emancipados, como unidad familiar única, antaño llamados “mocitos de casa abierta”. Así mismo, se contempla la viuda o viudo, como unidad familiar.

Una vez configurado el padrón se expone públicamente, donde puede verse el número asociado a cada nombre. Al tocar a alguna de estas unidades familiares, se sacan del mismo, por lo que el padrón va mermando cada cuatro años. Igualmente, se eliminan a aquellos que han muerto sin descendencia y los que han dejado nuestra localidad para empadronarse en otro lugar. El padrón actual se realizó en 1996 y aún durará tres o cuatro sorteos más. Como puede verse, es una certeza que una vez en la vida se es agraciado o agraciada con una haza, ya sea directa o indirectamente.

 

¿Cómo y cuándo se realiza el sorteo?

Aunque no siempre ha sido así, se estipuló que se echaran a suerte las tierras cada año bisiesto, el 22 de diciembre, como se sigue haciendo. En el teatro municipal, se coloca todo el aparato del sorteo, con las autoridades presentes, donde destaca el bombo grande, de los vecinos y el menor, de las tierras o suertes. Aleatoriamente, las cobijadas de honor van sacando una bola de cada bombo, para ser leídas en la mesa presidencial, donde se canta el haza y el nombre del agraciado o agraciada.Antaño, la lista de hazas era fija y de un saco se extraían papeletas con el nombre de los afortunados. El pregonero se encargaba de vociferar lo acontecido desde el balcón del ayuntamiento.

Hace unos años se añadió una clausula al reglamento, donde se estipuló que a los 10 vecinos mas longevos del padrón se le dieran obligatoriamente, por lo que se meten las 10 bolas en un bombo mas pequeño y se corresponden con las últimas 10 hazas que quedan en el bombo mediano. Esto vino a paliar aquella problemática que bien narra el chascarrillo “el sorteo de las hazas es un disloque, muchos viejos se mueren sin que les toque y algunos tienen la potra, que sueltan una y cogen otra”.

 

¿Y los “Duros Muertos”?

El primer regalo que reciben los agraciados de cada sorteo es la “Prima Muertos” que se paga el día de reyes. En el teatro, se entrega una cuantía económica simbólica, a modo de adelanto y se firma el título del haza que cupiere. Este nombre tiene su origen en aquellas rentas que quedaban sin cobrarse algunos años, pues sus titulares habían fallecido sin completar el cuatrienio. Antes, la cantidad variaba dependiendo de lo antes dicho, ahora es el producto de intereses bancarios y lo cobrado por el uso cinegético de los campos.

Como puede verse, esta tradición trasciende lo económico, pues el sentir de lo que significa, va intrínseco en el vejeriego y las vejeriegas, pues forma parte de la cultura del pueblo. El sorteo, la ilusión de los vecinos, el uso de las tierras, la historia de su evolución, su carácter democrático, la propiedad… hacen que las Hazas de Suerte se muestren como identidad de esta localidad. Para mejor conservación de todo lo que las envuelve y proyección futura de las mismas, hace poco se ha incoado su expediente como Bien de Interés Cultural y junto al municipio de Barbate, se está luchando para que sea considerada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Hazas de Suerte

 

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