Las cifras de siniestralidad de 2010 ponen de manifiesto, según Delgado, que la crisis económica está teniendo “efectos perversos” sobre la salud de la población trabajadora. En este sentido, hizo especial énfasis en lo que ha calificado como “el mayor atentado que las empresas están cometiendo: despedir a trabajadores por la pérdida de salud que supone sufrir un accidente”. Así, lamentó que, tras sufrir secuelas por un percance padecido ante las deficientes medidas de seguridad, se está despidiendo a la persona “por no tener las capacidades necesarias”.
Por su parte, el secretario general de la organización, José Moral, ha destacado que en 2010 se ha producido un hecho sin procedentes: se han registrado más accidentes laborales sin baja que con baja, con un incremento de más del 600%. Ello evidencia que los trabajadores “están yendo a trabajar, aún sin estar en condiciones para ello”.