¿Quién defiende a las personas en paro?
Y como aún os queda la palabra, gritad con fuerza y hasta la saciedad: ¡Queremos trabajar!
Por fin el Gobierno socialista ha encontrado, por ahora, el modo de satisfacer a los mercados. En mayo, el presidente Zapatero fue llamado a Bruselas y, tras un cursillo acelerado sobre déficit público, mercados financieros y agencias de evaluación, regresó con el master bajo el brazo y la determinación de reducir dicho déficit por medio de recortes sociales y venta o privatización de bienes públicos.
Primero fue la reducción de los sueldos de los funcionarios y la congelación de las pensiones; después la reforma laboral, el frenazo en la aplicación de la Ley de Dependencia, los recortes sociales en los presupuestos y, finalmente por ahora, la vergüenza de todas las vergüenzas: quitarles 426 euros a las personas en paro sin otras prestaciones.
Por otro lado, se reúne con los empresarios más importantes, rebaja el impuesto de sociedades, privatiza parte de AENA y vende hasta la lotería. Sugerimos que, si necesita más dinero, eche mano de los lingotes de oro de la reserva nacional, pues se deben vender bien, ya que por todas partes hay oficinas y publicidad con el lema: Compro oro.
Pero claro, para evitar que se molesten los mercados, ni se le ocurre hablar de tasas a las transacciones financieras especulativas, ni de reformas fiscales progresivas, ni de investigar el fraude fiscal, ni por supuesto de crear una banca pública, ni de terminar con los paraísos fiscales…
Está cumpliendo tan bien el encargo, que tanto las instituciones financieras internacionales, como la derecha europea y nacional no dejan de aplaudir sus reformas. Hasta Rajoy, que se había convertido en una especie de contestador automático programado con el no, ya dice que le gustan las medidas.
En medio de esta alocada huida hacia adelante, al Gobierno se le ha colado una gruesa piedra en el zapato: el paro; la economía estancada no cesa de destruir empleo. Más de 4.100.000 personas paradas, 11.005 en El Puerto. Personas no inventadas, sino fichadas por el Inem una a una, con nombre y apellidos.
Sobre sus espaldas ha caído una de las mayores desgracias que pueden ocurrirle a una persona. Bajo su peso se siente uno inútil, excluido, avergonzado, acorralado, sin apenas ganas de nada, a veces ni siquiera encuentra fuerzas para vivir. ¿Quién defiende a estas personas?
Compañeros y compañeras en paro, la defensa de vuestra dignidad y la denuncia de vuestra situación tiene que partir de ustedes. Si la sociedad y sus dirigentes económicos y políticos rechazan vuestras manos para trabajar y ganaros dignamente el pan de cada día, utilizad juntos vuestras piernas para movilizaros. Plantaros unidos, como árboles indomables, a la puerta de todos los gobiernos, de todos los ayuntamientos, de todos los bancos, de todos los sindicatos, de todas las iglesias, de todos las empresas, de todos los partidos, de todos los cines, de todos los campos de fútbol… Y como aún os queda la palabra, gritad con fuerza y hasta la saciedad: ¡Queremos trabajar!
Los componentes de este Foro Social Portuense os apoyaremos y estaremos siempre a vuestro lado.
Primero fue la reducción de los sueldos de los funcionarios y la congelación de las pensiones; después la reforma laboral, el frenazo en la aplicación de la Ley de Dependencia, los recortes sociales en los presupuestos y, finalmente por ahora, la vergüenza de todas las vergüenzas: quitarles 426 euros a las personas en paro sin otras prestaciones.
Por otro lado, se reúne con los empresarios más importantes, rebaja el impuesto de sociedades, privatiza parte de AENA y vende hasta la lotería. Sugerimos que, si necesita más dinero, eche mano de los lingotes de oro de la reserva nacional, pues se deben vender bien, ya que por todas partes hay oficinas y publicidad con el lema: Compro oro.
Pero claro, para evitar que se molesten los mercados, ni se le ocurre hablar de tasas a las transacciones financieras especulativas, ni de reformas fiscales progresivas, ni de investigar el fraude fiscal, ni por supuesto de crear una banca pública, ni de terminar con los paraísos fiscales…
Está cumpliendo tan bien el encargo, que tanto las instituciones financieras internacionales, como la derecha europea y nacional no dejan de aplaudir sus reformas. Hasta Rajoy, que se había convertido en una especie de contestador automático programado con el no, ya dice que le gustan las medidas.
En medio de esta alocada huida hacia adelante, al Gobierno se le ha colado una gruesa piedra en el zapato: el paro; la economía estancada no cesa de destruir empleo. Más de 4.100.000 personas paradas, 11.005 en El Puerto. Personas no inventadas, sino fichadas por el Inem una a una, con nombre y apellidos.
Sobre sus espaldas ha caído una de las mayores desgracias que pueden ocurrirle a una persona. Bajo su peso se siente uno inútil, excluido, avergonzado, acorralado, sin apenas ganas de nada, a veces ni siquiera encuentra fuerzas para vivir. ¿Quién defiende a estas personas?
Compañeros y compañeras en paro, la defensa de vuestra dignidad y la denuncia de vuestra situación tiene que partir de ustedes. Si la sociedad y sus dirigentes económicos y políticos rechazan vuestras manos para trabajar y ganaros dignamente el pan de cada día, utilizad juntos vuestras piernas para movilizaros. Plantaros unidos, como árboles indomables, a la puerta de todos los gobiernos, de todos los ayuntamientos, de todos los bancos, de todos los sindicatos, de todas las iglesias, de todos las empresas, de todos los partidos, de todos los cines, de todos los campos de fútbol… Y como aún os queda la palabra, gritad con fuerza y hasta la saciedad: ¡Queremos trabajar!
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