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Toñi Moreno: ?Siempre tengo la sensación de estar en débito con Sanlúcar?

La intrépida reportera sanluqueña vivió el pasado 18 de octubre uno de los días ?más bonitos? de su vida tras recibir la Insignia de Oro que reconocía su trayectoria. Un premio que guarda en un lugar preferencial de su hogar sevillano ?porque es como haber conseguido una meta?

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  • Para Toñi Moreno fue alucinante compartir los premios del Día de la Ciudad con figuras como el diestro Limeño -
Después de llevar más de media vida delante de una cámara de televisión, Toñi Moreno tiene claro que decir a sus entrevistadores que es de Sanlúcar, su tierra natal y de la que presume siempre que puede, es un seguro de confianza “porque en Sanlúcar no puede haber mala gente”. Ahora su tierra le ha premiado a ella.
—La noche previa a la entrega de los premios del Día de la Ciudad aseguraste no haber pegado ojo por los nervios. ¿cómo dormiste ese día?
—Pues como si me hubiesen quitado 20 kilos de encima. La noche anterior no pude dormir ante la incertidumbre de cómo iba a salir todo y cómo iban a estar mis padres porque el acto para mí era importantísimo ya que era muy familiar. Mi familia vive en Sanlúcar, para ellos era tan importante como para mí, y luego es la gente de tu pueblo la que te reconoce que no lo estás haciendo mal. No pegué ojo de lo nerviosa que estaba y cuando ya pasó el acto me quedé relajada y lo que hice fue disfrutarlo. Para disfrutar las cosas tienes que ser consciente de que están pasando y yo desde ese momento ya fui consciente de todo, de todas las emociones que había vivido: de ver a mi padre llorando, ¡es que yo nunca he visto a mi padre llorando! Para mí fue uno de los días más bonitos de mi vida y no exagero.
— Casualidades de la vida, presentaste el primer año de la edición de los premios del Día de la Ciudad
—Pues sí, y tengo siempre la sensación de estar en débito con Sanlúcar. Es como cuando tienes la sensación de que con tu madre siempre podrías dar más, pues yo tengo también la sensación con mi pueblo. Siempre creo que puedo dar más, siempre creo que lo estoy haciendo mal. Siempre creo que voy menos tiempo del que pudiera, yo nunca me creo merecedora de este tipo de distinción y que de repente te lo reconozcan. Así que lo primero que sentí fue mucha vergüenza y mucho pudor porque creo que hay muchos sanluqueños que se lo merecen antes que yo, pero yo nunca iba a decir que no a esto por supuesto.
— Laura Vital también tuvo una sensación similar...
—Claro, eso es lo que pasa. Yo me he formado en Sanlúcar y conozco mucha gente que tiene un trabajo importantísimo para el pueblo y es muy difícil que se le reconozca. Paco Oliva, por ejemplo, para mí es un señor que ha sido todo en los medios de comunicación, fue quien apostó por mí en Sanlúcar, y yo quería dedicar el premio a mi familia y a mis padres, lo tenía clarísimo, pero si hubiese tenido opción de dedicárselo a más gente él hubiese sido el segundo; pero claro, que me lo den a mí cuando yo he sido su alumna me parecía que era un poco inmerecedor.
— ¿Dónde has guardado la Insignia de Oro?
—La tengo en el salón de mi casa de Sevilla, donde vivo y así la veo todos los días...está en un sitio superprivilegiado. Normalmente los premios que me dan, porque me han dado algunos premios, no muy importante pero me han dado algunos, se los doy a mi madre y los tiene ella todos en Sanlúcar, porque los premios son para los padres. Vivo en un piso pequeño y tampoco me caben los premios, si entran los premios salgo yo…así que el único que tengo en Sevilla es éste.
— ¿Todavía necesitas verla cada día para creértelo?
—Es como haber conseguido algo, como haber llegado a una meta. De repente dices, ahora lo que tengo que hacer es no defraudar y ser merecedora de esto. — En tu discurso derrochaste mucha generosidad con tus compañeros premiados, se notaba que había mucha complicidad y que os conocíais.
—Para mí también fue muy especial por la gente con la que compartí ese día, no conocía a todos realmente, pero yo he estado diez años siendo la presentadora de la televisión local de mi pueblo. Entonces en estos 10 años he conocido a todo el mundo del pueblo que estuviera trabajando con Sanlúcar. Por ejemplo, con Limeño, yo soy una de las mejores amigas de la familia. Fue alucinante.
— ¿Qué es lo que más echas de menos de tu tierra?
—Yo echo de menos de Sanlúcar todo: a mi gente, fundamental, y luego los atardeceres de Sanlúcar. Sinceramente, cuando tengo un momento de crisis, que los tenemos todos y no sé para donde tirar, para mí mi psicólogo es un paseo por Las Piletas por la tarde…entonces me voy con los zapatos de deporte, me pongo a pensar y ahí es donde resuelto yo todas mis dudas.
— ¿Cómo llevas el hacer temas de denuncia social desde tu tierra?
—Ya lo he hecho desgraciadamente. Tuve que ir a Sanlúcar a grabar una operación antidroga. Y me dolió mucho porque la Guardia Civil no me había dicho donde íbamos, era un secreto, y a las cuatro de la mañana cuando nos montamos en el coche y vi que íbamos dirección autovía me di cuenta. Me dolió muchísimo porque en el fondo estas enseñando una parte de Sanlúcar que no compartes, pero bueno, yo creo que el periodista tiene que denunciar la realidad social. Me duele más que a nadie, cuando me toca una cosa como esa, pero no puedes hacer otra cosa, la mayoría de las cosas que podemos contar de Sanlúcar son positivas y tenemos que ser los primeros en ser autocríticos con nosotros. Tres semanas después una señora me echó la bronca en la Plaza de Abastos y me dijo algo así como que yo no tenía vergüenza…me callé y no le contesté porque me pareció que no me pareció que no lo hizo con educación.
— ¿Cómo es el día a día de Toñi Moreno?
—Presento y dirijo un programa que se llama 75 minutos en Canal Sur, de actualidad y os cuento lo que he hecho esta semana porque cada semana es distinta y por eso me encanta mi profesión. Mi programa de esta semana es sobre prostitución, entonces he estado viviendo una semana en un club de alterne. Mi día a día es levantarme, meterme en el club de alterne, grabar, volver, montar, distribuir el trabajo de la gente, porque tengo a 15 personas que dependen un poco de mí en el equipo que es la redacción de 75 minutos…y así todas las semanas sobre para montar un programa sobre temas que interesen en Andalucía. De vez en cuando colaboro con otros medios, pero eso es una cosa excepcional, y los fines de semana que no esté trabajando tiro pa Sanlúcar.
—A veces la realidad se contagia del show de la televisión, ¿qué hay de mentira y de realidad?
—No te voy a decir que todas las historias que yo he vivido las he vivido realmente todo el tiempo, pues no; pero la gente no es tonta y los programas que más me han celebrado son los programas que realmente han sido verdad. Si yo me he metido a vivir con unos gitanos que he vivido una semana en una chabola y se me nota que tengo la cara de haber vivido una semana, los pelos…la gente se lo cree y se lo cree porque sabe que no le estás mintiendo…tú no le puedes mentir al telespectador. Yo creo que la realidad es que tienes que contar la verdad de las cosas.
—También has vivido situaciones extremas, como ese programa que comentas, ¿cuál es el que más te ha costado hacer?
—Donde peor lo he pasado ha sido en Haití, no hay nada comparable con aquello. Llegar allí es no saber qué vas a comer, donde vas a beber, a dormir, ver la gente muerta por las calles, buscarte la vida en un sitio que ya estaba en un estado de sitio. Estuve haciendo un reportaje para 75 minutos y allí sí que pensé bueno, vamos a ver cómo terminamos, ahí es donde peor lo pase, dos días sin comer nada, pero aprendí mucho.
—¿Cuáles son las metas de Toñi Moreno?
—Quiero trabajar de esto y que esto me dé para comer, estas son todas las metas que yo tengo en la vida.

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