Son palabras pronunciadas por el baenense Antonio Mesa Priego en su experiencia como técnico de laboratorio de análisis clínicos, que le ha llevado a publicar dos libros y tener en la mente la edición de otros tres. Su última publicación coordinando un equipo que investigó sobre determinados marcadores tumorales ( sustancias que se encuentran en líquidos corporales como sangre u orina cuando hay presencia de tumores cancerígenos, aunque, por ejemplo, en el cáncer de piel no hay marcador tumoral útil para detectarlo) que unifica conocimientos y que el propio Mesa considera “apasionante”, es un paso más en el trabajo de los profesionales de la sanidad ganando batallas en campos como la genética molecular, en la guerra contra el cáncer. “En este libro explicamos cómo ha de llegarse a los marcadores tumorales, por qué se producen y la genética del cuerpo”, dice Mesa Priego.
Antonio habla sobre su trabajo y sus libros con la naturalidad que permite una especialidad como la genética, o los análisis clínicos. Llegar al gran público a través de esos trabajos, ni lo tienen como objetivo, ni podrían hacerlo. Términos como la heterogeneidad molecular, o Gen mayor, pertenecen a un vocabulario profesional. Pero el mensaje que deja en el aire es que algún día será posible la curación del cáncer, incluso de uno de los más mortíferos del mundo, el que causa el VIH.
Antonio es conocido en Baena por su actividad cofrade. Y desde hace 12 años en Manzanares (una ciudad de unos 20.000 habitantes), en la provincia de Ciudad Real, a 230 kilómetros de su casa, por su trabajo como técnico de laboratorio. Lo desarrolla en el departamento de Urgencias del hospital público castellano-manchego Virgen de Altagracia. Tiene una capacidad de 110 camas, más pequeño, por tanto, que el de Cabra. Trabaja en turnos que van desde las siete horas a las diez, en el caso del servicio nocturno. Esa dedicación no le impide cumplir con una inquietud igualmente profesional de escribir, de coordinar equipos que investigan y dejan constancia por escrito de esa tarea. Sí, es un escritor, pero no al uso. Sus libros no se venden en librerías o kioscos. No hablan de historias conocidas o inventadas. No tienen lectores generales. Incluso las editoriales que los publican y los usan para servir de guías formativas en cursos especializados o másters, y que se hacen con los derechos de propiedad intelectual, no pagan en metálico por ese trabajo sino a través de otras compensaciones para mejorar el currículum y en las escalas profesionales. Sus libros sirven a técnicos de laboratorios de análisis clínicos o a especialistas de urgencias para conocer nuevos métodos de trabajo, experiencias científicas que van a mejorar sus conocimientos profesionales.
Tiempo libre
Fuera del horario laboral y de la exigencia que requiere estar en el laboratorio para los análisis de fluidos (sangre, orina, saliva y otros) de las urgencias hospitalarias (entre 30 y 40 diarias en Manzanares), Antonio Mesa Priego saca tiempo para investigar, documentarse, escribir... “Lo tengo que hacer en mis horas libres”. Pero parece que le compensa, pues igualmente señala que “lo hago por reconocimiento profesional y por los puntos que eso me da para mejorar porque laboralmente nos regimos por grados”. Es como ascender de categoría, ganar la posibilidad de un plus económico. Pero con mucho curro: “Cada vez que necesito bibliografía tengo que desplazarme a la biblioteca de Ciudad Real”, comenta Mesa Priego. Y luego ordenar toda la documentación y coordinar a la media docena de personas que pueden trabajar bajo su responsabilidad en cada una de las publicaciones editadas. En total, puede hablarse perfectamente tres meses de trabajo a razón de unas tres horas diarias. Pero merece la pena por “la actualización permanente de conocimientos y satisfacer la inquietud personal”, comenta.
Aunque tiene claro que si tuviera que elegir, por la misma compensación económica, entre escribir sobre cuestiones técnicas y trabajar en el lugar que lo hace, seguiría en esas urgencias, ofreciendo sus determinaciones, muchas veces rápidas y sin apenas media hora para analizar. Por ejemplo, si alguien precisa una transfusión, hay que acertar con el tipo de sangre y otros parámetros clínicos. Es decir, no se puede fallar, aunque también cuenta con una ventaja y es que no trata directamente con los pacientes y familiares. O lo que es lo mismo, la presión no es directa.
Cero, uno, dos, tres y cuatro con el año 2010 como referencia posible
El libro “cero”, de 120 páginas, está escrito pero no publicado. Se hará pronto, en cuanto resuelva algunos flecos pendientes con una editorial gallega. También se refiere a los laboratorios de urgencias. Su primer libro publicado (2007) tiene 534 páginas en las que desarrolla “Pruebas de laboratorio en urgencias”. El segundo libro es el que titula resumidamente como “Marcadores tumorales y genética molecular”. Vio la luz hace unos tres meses por encargo de la editorial Logoss. En sus 463 páginas desarrolla 18 temas hablando de determinados marcadores tumorales, los de mayor relevancia, e incluye una serie de test. El año que viene tiene previsto sacar otro libro de investigación sobre la Autoinmunidad en procesos de alergias. Y quizá en 2010, comenta Mesa Priego, publique otros estudios para técnicos sobre problemas actuales como la infertilidad y fecundación in vitro.