El proyecto que la promotora Comunidades del Sur tenía previsto para la unidad de ejecución que abarca a la comunidad de propietarios de Santo Tomás ha quedado suspendido según los vecinos consultados por este periódico. Algunos llevaban meses demandando información a la empresa, ya que desde que se firmó el contrato ante notario en 2007, no han vuelto a tener noticias.

En un principio, el compromiso de Comunidades del Sur quedaba sujeto a que el Ayuntamiento aceptase las alegaciones al nuevo Plan General de Ordenación Urbana. La empresa advirtió a los vecinos que la operación sólo sería rentable siempre y cuando los edificios a construir superasen las siete plantas.

Pero lo cierto es que para esta unidad de ejecución, en el nuevo PGOU se contemplan tres edificios, dos de cinco alturas y uno de ocho, por lo que no llegaría al mínimo exigido por la empresa.

De momento, la promotora no ha convocado a los vecinos a ninguna reunión. Algunos de ellos sí han tenido conocimiento de la muerte del proyecto, por fuentes cercanas a la constructora. No obstante, este periódico se ha puesto en contacto en varias ocasiones con la responsable de la empresa sin obtener respuesta.

Comunidades del Sur tiene diversos proyectos de edificabilidad iniciados en la ciudad. En el caso concreto de Santo Tomás, sin duda el más avanzado, se llegó a conseguir que los 27 propietarios firmaran el contrato ante notario en marzo de 2007. Un documento de permuta con la promotora, mediante el cual cambiaban sus antiguas viviendas, que datan de 1960, por otras nuevas, en el mismo lugar y con las mismas dimensiones, sin pagar un sólo euro. El compromiso escrito incluía garaje y trastero, así como locales comerciales en los bajos de cada edificio.

Las gestiones estaban tan avanzadas que a algunos vecinos se les llegó a entregar una ilustración en papel de cómo quedaría los nuevos edificios.

diseño
Según el diseño de Comunidades del Sur, los tres nuevos edificios que se construirían en la finca de Santo Tomás tendrían la misma altura que los del grupo Molinero; es decir, once plantas. No obstante, la empresa se mostró dispuesta a continuar con el proyecto siempre y cuando los edificios llegaran a tener una altura mínima de siete plantas, menos, no resultaría rentable según los estudios realizados previamente por la promotora.

El acuerdo suscrito con los vecinos contemplaba también el pago de 600 euros mensuales en concepto de alquiler durante el tiempo que durasen las obras. Asimismo, Comunidades del Sur también cubriría los gastos de los guardamuebles y una vez entregados los pisos, cada familia recibiría un cheque de seis mil euros para amueblar la cocina.

En cualquier caso, los vecinos saben que el amplio terreno que ocupan, en un lugar estratégico de la ciudad, terminará atrapando el interés de alguna promotora. Es cuestión de tiempo.