La salida de Tres Caídas marca el Jueves Santo y madrugada de La Isla
Expiración siguió su trayectoria de oscuridad y silencio por la calles del centro.
Entró a su hora en la Carrera Oficial para presentarse a la ciudadanía
Misericordia y el Perdón fueron las más tempraneras, con parada de la primera en la iglesia Mayor
La esperada tarde del Jueves Santo se abrió con la salida de la cofradía del Perdón. Por segundo año consecutivo, la puerta lateral de la iglesia de la Inmaculada Concepción, en el barrio de la Casería, se abrían en una tarde soleada para dar paso a las túnicas negras de los hermanos. Era el último año en el que los hermanos procesionarían de tal manera, ya que la cofradía estrenará el próximo año las capas blancas para todos, aunque una muestra del nuevo hábito se verá mañana, en la procesión Magna.
La salida constituyó también un homenaje a la asociación de Jóvenes Cargadores Cofrades, por los 25 años que lleva bajo los palos. De la misma forma, la levantá ante la capilla de la Vera-Cruz, estuvo a cargo del hermano mayor de la Vera-Cruz, en reconocimiento de esta cofradía, de grandes lazos con el Perdón y que celebra su 225 aniversario.
Fue una tarde importante para la hermandad, porque suponía también el estreno de la nueva banda de cornetas y tambores Santísimo Cristo del Perdón. Los sones de la banda marcaron el discurrir de la cofradía, rodeada de cientos de personas en su barrio y en numerosas calles del centro.
La hermandad estrenó cuatro dalmáticas para los acólitos y avanzaba rápidamente hacia el centro, no sin antes escuchar saetas y vivir petaladas al Cristo del Perdón, desde balcones y azoteas.
El dorado paso de la hermandad, ambicioso proyecto culminado, iba exornado, al igual que el año anterior, con un monte de claveles rojos y lirios morados salteados.
La tarde del Jueves Santo comenzaba a vivirse intensamente. El público aprovechó la bonanza climatológica y no dudó en acercarse hasta el barrio. En el mismo puente de la Casería, al que la cofradía quiere llamar del Cristo del Perdón, la esperaba mucho público. Y es que el puente que une la Casería con la feligresía del Santo Cristo es uno de los grandes puntos para ver el discurrir de la hermandad.
Un gran número de monaguillos procesionaba ante el paso, asegurado el futuro de una hermandad que a lo largo de los últimos años ha mostrado una extraordinaria evolución, que será palpable el próximo año con las nuevas túnicas y con la próxima salida de la Virgen de la Paz, que aguarda cada Jueves Santo el regreso del Perdón a su templo.
Las hermandades de Misericordia, Tres Caídas y Expiración fueron las siguientes en hacer su estación de penitencia. Un Jueves Santo distinto a todos por la primera salida de la hermandad de las Tres Caídas, en lo que era un día muy esperado por los jóvenes que han promovido la hermandad. En la Bazán todo era fiesta y la imagen del Cristo, original de Jesús Vidal González, ya está calando muy hondo.
La hermandad de la Misericordia salió con los toques de llamador dados por José Ponce Guerrero y su esposa. El de misterio, exornado con claveles rojos y el de la Virgen de la Piedad, a base de frexias. La dolorosa estrenaba una saya bordada en tono burdeos. La cofradía de la Misericordia tuvo un recuerdo hacia la hermandad de la Soledad, ya que se cumplían precisamente 25 años desde que los pasos de la hermandad fueron dentro del cortejo de Soledad hasta la Pastora, tras tener que refugiarse la Misericordia en la iglesia Mayor ante el aguacero del Jueves Santo de 1985. Lo reflejó con sendos escudos de la soledad en velas del paso de palio de la Virgen de la Piedad.
Por su parte, la hermandad de la Expiración dio muestras de su evolución, algo que se apreció en los nuevos ropajes del cuerpo de acólitos y en el guión franciscano, bordado en oro.
Como novedad más importante destacó la presencia de guardiamarinas escoltando al Cristo de la Expiración con armas a la funerala, recuperando así la vinculación de esta cofradía con la Armada española.
El palio de la Esperanza estaba exornado con claveles blancos, mientras el único exorno del Cristo de la Expiración eran tres rosas rojas a sus pies.
Por delante quedaban numerosas horas hasta la esperada salida del Nazareno isleño, Regidor Perpetuo de San Fernando, que tenía a las 02,00 horas su salida.
Madrugada del Viernes Santo
La Madrugá del Viernes Santo se vivió de forma distinta este año. Eran varias las circunstancias que lo condicionaban: por un lado la salida de la nueva hermandad de las Tres Caídas y por otro la esperada salida del Nazareno, Regidor Perpetuo de La Isla desde el pasado 27 de noviembre de 2009.
Los alrededores de la iglesia de la Sagrada Familia se llenaron de público para ver la primera salida de la hermandad de las Tres Caídas. Fue la Niña Pastori, la que el pasado año ofreciera un concierto a beneficio de la nueva hermandad, la encargada de dar la primera levantá al paso, antes de horas después vistiera la túnica de la cofradía del Nazareno. La hermandad inició un largo recorrido que le llevó a encontrar sus mejores momentos en una Plaza de la Iglesia abarrotada ya de público para ver la salida del Nazareno, en torno a las 00,15 horas y que aplaudió el mecío de la cuadrilla dirigida por Manuel Pérez Marín.
El paso, de madera desnuda, lució un sencillo exorno floral a base de pequeño friso de claveles y lirios morados. La vistosidad de las túnicas blancas con capas y capirote burdeos, la presencia de un cuerpo de acólitos y la disposición del cortejo, auguran una hermandad con futuro en la Semana Santa isleña.
El centro de la ciudad estaba repleto, pero nuevamente quedó un enorme vacío en la Carrera Oficial entre la salida de la cofradía de la Misericordia y la entrada de la cofradía de Tres Caídas, ya en la madrugada del Viernes Santo.
Sólo la presencia de la hermandad de la Expiración, mermó algo ese vacío en al calle Real.
La salida constituyó también un homenaje a la asociación de Jóvenes Cargadores Cofrades, por los 25 años que lleva bajo los palos. De la misma forma, la levantá ante la capilla de la Vera-Cruz, estuvo a cargo del hermano mayor de la Vera-Cruz, en reconocimiento de esta cofradía, de grandes lazos con el Perdón y que celebra su 225 aniversario.
Fue una tarde importante para la hermandad, porque suponía también el estreno de la nueva banda de cornetas y tambores Santísimo Cristo del Perdón. Los sones de la banda marcaron el discurrir de la cofradía, rodeada de cientos de personas en su barrio y en numerosas calles del centro.
La hermandad estrenó cuatro dalmáticas para los acólitos y avanzaba rápidamente hacia el centro, no sin antes escuchar saetas y vivir petaladas al Cristo del Perdón, desde balcones y azoteas.
El dorado paso de la hermandad, ambicioso proyecto culminado, iba exornado, al igual que el año anterior, con un monte de claveles rojos y lirios morados salteados.
La tarde del Jueves Santo comenzaba a vivirse intensamente. El público aprovechó la bonanza climatológica y no dudó en acercarse hasta el barrio. En el mismo puente de la Casería, al que la cofradía quiere llamar del Cristo del Perdón, la esperaba mucho público. Y es que el puente que une la Casería con la feligresía del Santo Cristo es uno de los grandes puntos para ver el discurrir de la hermandad.
Un gran número de monaguillos procesionaba ante el paso, asegurado el futuro de una hermandad que a lo largo de los últimos años ha mostrado una extraordinaria evolución, que será palpable el próximo año con las nuevas túnicas y con la próxima salida de la Virgen de la Paz, que aguarda cada Jueves Santo el regreso del Perdón a su templo.
Las hermandades de Misericordia, Tres Caídas y Expiración fueron las siguientes en hacer su estación de penitencia. Un Jueves Santo distinto a todos por la primera salida de la hermandad de las Tres Caídas, en lo que era un día muy esperado por los jóvenes que han promovido la hermandad. En la Bazán todo era fiesta y la imagen del Cristo, original de Jesús Vidal González, ya está calando muy hondo.
La hermandad de la Misericordia salió con los toques de llamador dados por José Ponce Guerrero y su esposa. El de misterio, exornado con claveles rojos y el de la Virgen de la Piedad, a base de frexias. La dolorosa estrenaba una saya bordada en tono burdeos. La cofradía de la Misericordia tuvo un recuerdo hacia la hermandad de la Soledad, ya que se cumplían precisamente 25 años desde que los pasos de la hermandad fueron dentro del cortejo de Soledad hasta la Pastora, tras tener que refugiarse la Misericordia en la iglesia Mayor ante el aguacero del Jueves Santo de 1985. Lo reflejó con sendos escudos de la soledad en velas del paso de palio de la Virgen de la Piedad.
Por su parte, la hermandad de la Expiración dio muestras de su evolución, algo que se apreció en los nuevos ropajes del cuerpo de acólitos y en el guión franciscano, bordado en oro.
Como novedad más importante destacó la presencia de guardiamarinas escoltando al Cristo de la Expiración con armas a la funerala, recuperando así la vinculación de esta cofradía con la Armada española.
El palio de la Esperanza estaba exornado con claveles blancos, mientras el único exorno del Cristo de la Expiración eran tres rosas rojas a sus pies.
Por delante quedaban numerosas horas hasta la esperada salida del Nazareno isleño, Regidor Perpetuo de San Fernando, que tenía a las 02,00 horas su salida.
Madrugada del Viernes Santo
La Madrugá del Viernes Santo se vivió de forma distinta este año. Eran varias las circunstancias que lo condicionaban: por un lado la salida de la nueva hermandad de las Tres Caídas y por otro la esperada salida del Nazareno, Regidor Perpetuo de La Isla desde el pasado 27 de noviembre de 2009.
Los alrededores de la iglesia de la Sagrada Familia se llenaron de público para ver la primera salida de la hermandad de las Tres Caídas. Fue la Niña Pastori, la que el pasado año ofreciera un concierto a beneficio de la nueva hermandad, la encargada de dar la primera levantá al paso, antes de horas después vistiera la túnica de la cofradía del Nazareno. La hermandad inició un largo recorrido que le llevó a encontrar sus mejores momentos en una Plaza de la Iglesia abarrotada ya de público para ver la salida del Nazareno, en torno a las 00,15 horas y que aplaudió el mecío de la cuadrilla dirigida por Manuel Pérez Marín.
El paso, de madera desnuda, lució un sencillo exorno floral a base de pequeño friso de claveles y lirios morados. La vistosidad de las túnicas blancas con capas y capirote burdeos, la presencia de un cuerpo de acólitos y la disposición del cortejo, auguran una hermandad con futuro en la Semana Santa isleña.
El centro de la ciudad estaba repleto, pero nuevamente quedó un enorme vacío en la Carrera Oficial entre la salida de la cofradía de la Misericordia y la entrada de la cofradía de Tres Caídas, ya en la madrugada del Viernes Santo.
Sólo la presencia de la hermandad de la Expiración, mermó algo ese vacío en al calle Real.
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