Patricia Ramírez, madre del niño Gabriel Cruz, asesinado por la expareja de su padre, Ana Julia Quezada, ha reclamado a medios de comunicación y redes sociales que “pongan la ética y el buen hacer frente a la conveniencia”, “la profesionalidad y la decencia frente a intereses particulares o económicos”.
“Les solicito y ruego que den un paso adelante y den un ejemplo de cómo este país respecta adecuadamente a las victimas y las protege del dolor innecesario”, ha dicho en un comunicado compartido en su perfil de X a última hora de este lunes, cuando se cumplen seis años de que se enteró que no volvería a ver a su pequeño de 8 años.
“Les pido que retiren "lo feo" de sus cuentas y dominios, lo que mancha su memoria, sus titulares escabrosos, videos, podcasts morbosos e innecesarios, etc. Les ruego que reflexionen antes de negármelo si podría resultar bueno para proteger su profesión y para ustedes, en particular, si les sucediera algo parecido”, ha añadido la madre.
Ramírez recuerda cómo hace seis años supo que durante doce días la familia estuvo “de forma innecesaria y cruel buscando a nuestro pequeño Gabriel con vida ante la mirada impasible de quien se la había llevado”, seis años desde que empezase “un Tsunami de mala información que resultaría imparable, cruel, innecesario y tremendamente agotador”.
Asegura que son muchos los que culpan a la familia por “salir a buscar a su hijo” para “justificar su comportamiento o el derecho a poder consumir nuestro caso como si de una película de entretenimiento se tratase”
“Culpar a las victimas suele ser, desgraciadamente, muy habitual. No se puede culpar a unos padres por buscar ayuda por todos los lados y cualquier medio a su alcance por encontrar o salvar a su hijo, hija, hermano, mujer, marido, abuelos... Tampoco debería ayudárseles a cambio de exponerles continuamente y utilizar su historia a conveniencia”, ha incidido.
La progenitora de Gabriel sostiene que jamás pudo imaginar el “terrible dolor y deterioro”, así como el “daño irreparable” que provocaría la mediatización de la desaparición, y pide reflexionar para cambiar lo que “no es adecuado” a la hora de tratar casos como el suyo.
Afirma que en este tiempo ha salido a la opinión pública para “solicitar que no se nos hicieran mas "perrerías", respetasen el juicio, pedir auxilio ante la emisión de un posible documental de su asesina, sus autopsias, tras verlo anunciado como mutilado en paginas y videos de carácter gore, podcasts cargados de morbo reproduciendo información injusta y dañina”, algo que siempre ha hecho “desde el miedo y el enfado a que esto no parase nunca”.
Por otro lado, sostiene que “las victimas no deben de ser utilizadas por ningún partido político”, porque cuando una familia pasa por un crimen o situación atroz “suele poner en evidencia las carencias de la sociedad y los fallos del sistema”.
“Los políticos deberían de atenderlas y cobijarlas de forma conjunta pues hay situaciones que no dependen de las ideologías sino de la humanidad y es cuestión de todos los que gobiernan siendo su función dar ejemplo a la sociedad”, añade.
“Creo que nadie debería de juzgar a otra víctima por intentar resolver su situación pues la desesperación es fruto del dolor, la impotencia, la soledad, la falta de medios, de justicia y asistencia adecuadas”, asevera, a la vez que recuerda que se han publicado numerosos estudios que han puesto de manifiesto “la necesidad de un tratamiento adecuado a las noticias de sucesos y la vulneración de derechos fundamentales”.
