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Málaga

El denostado orientalismo se reivindica en el Museo Thyssen de Málaga

La exposición cuenta con 84 piezas procedentes de cuarenta colecciones públicas y privadas

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Presentación de la nueva exposición del Museo Thyssen.

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Presentación de la nueva exposición del Museo Thyssen.

Presentación de la nueva exposición del Museo Thyssen.

  • Desde 1988 no se organizaba una exposición dedicada a este género

El género pictórico del orientalismo, que disfrutó del gusto de la burguesía en la segunda mitad del siglo XIX y después fue denostado, es reivindicado ahora en la nueva exposición temporal del Museo Carmen Thyssen de Málaga, con 84 piezas procedentes de cuarenta colecciones públicas y privadas.

"Fue un género injustamente tratado, al que se le reprochaba su falta de veracidad y de autenticidad, pero es troncal en la pintura europea del siglo XIX", ha afirmado este viernes en la presentación Francesc Quílez, coordinador de Colecciones del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y uno de los comisarios de la exposición.



La muestra viene a demostrar, además, que fue "un movimiento internacional y muy transversal", según Quílez, que ha destacado que desde 1988 no se organizaba una exposición dedicada a este género.

Entre los autores presentes tiene un papel fundamental Mariano Fortuny, "referente de todos los orientalistas, no solo españoles, sino europeos, porque fijó el canon de una pintura preciosista y virtuosista que es el rasgo definitorio de toda la exposición".

"Alguna gente le reprocha una tendencia a lo 'kitsch', pero hay un oficio, un dominio de la técnica y un virtuosismo excelentes", ha resaltado Quílez.

El orientalismo español está marcado por la presencia del patrimonio construido durante los siglos de dominación musulmana, con especial protagonismo para la Alhambra de Granada, "un lugar de peregrinaje para todos los pintores europeos del XIX" y una etapa en su viaje hacia su destino final, que era Tánger.

El propio Fortuny residió en Granada de 1870 a 1872 y fue visitado allí por pintores franceses que se sintieron admirados por su pintura "y convirtieron la Alhambra en un escenario teatralizado".

El comisario ha recordado que, frente a la creencia de que los protagonistas de estas pinturas posaban ante los autores, algunos cronistas relataban que eran apedreados al acercarse a la medina, aunque otros precisaban que a veces eran convencidos por unas pocas monedas.

Este género, al que también se le achacó que era "una herramienta más de la dominación colonial", empezó a decaer con la irrupción de la fotografía, a la que se le concedía una mayor veracidad, y la llegada de las vanguardias artísticas.

Por su parte, Lourdes Moreno, directora artística del Museo Carmen Thyssen y también comisaria de la exposición, ha señalado que ésta se enmarca en el objetivo de ahondar en la investigación sobre la colección permanente de esta pinacoteca, de la que forman parte dos obras orientalistas.

Fue un género de pintura "muy requerido desde mediados hasta finales del siglo XIX" y en esta exposición se ha posibilitado a la obra de los orientalistas españoles "dialogar" con autores de Francia, entonces la "gran potencia colonial", como Delacroix, Benjamin-Constant o Dehodencq, ha añadido Moreno. 

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