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Cádiz

Seis entidades trabajan en Cádiz para asistir a los sintecho

130 personas duermen en la calle en Cádiz

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  • El flashmob de Cáritas

Este domingo 30 de noviembre es el Día de las Personas sin Hogar. Según el último informe elaborado por Cáritas Diocesana hace ahora un año, en la capital gaditana hay más de cien personas en esta situación. En este censo colaboraron 55 voluntarios de las asociaciones Calor en la Noche, Cruz Roja Española, Caballeros Hospitalarios, Centro de Día Luz y Sal, Centro de Acogida Municipal y Virgen Poderosa.

El recuento tuvo como escenarios la calle Sagasta; de la plaza de San Francisco a Isabel la Católica y luego hacia la playa de La Caleta; desde el límite anterior hasta calle San Juan de Dios; desde calle San Juan de Dios hasta Avenida de Portugal, Marianista Cubillo y Avenida Juan Carlos I; calle Periodista Federico Joly; carretera de Astilleros así como Cortadura y Zona Franca. No obstante, en el último año, Cáritas ha percibido un repunte en la Avenida Principal de la ciudad, donde antes no había tantos.

El informe ponía de manifiesto que la mayoría de las personas sin hogar entrevistadas, el 68,8%, se disponía a dormir esa noche en la calle o en cajeros, coches, túneles, etc, y un 31% en un alojamiento social como un albergue.


Otro dato de interés es que 9 de cada 10 encuestados eran hombres, y que la proporción más elevada de edad comprendía entre los 45 y los 64 años. La nacionalidad de la mayoría, el 58,5%, era española. De los extranjeros, predominan los sudamericanos, seguidos de los europeos y los norteafricanos.

Las personas sin hogar que se encuentran en Cádiz suelen llevar una estancia permanente. El 55% de los entrevistados lleva más de tres años en la ciudad y los que llegaron hace menos de un año representan el 30%.

Seis de cada 10 personas que no tienen techo presentan algún problema de salud y el 31% de ellos está tomando algún medicamento.

Por último, aunque la mayoría de ellos -en las mujeres este porcentaje llega al 100%- utiliza los recursos públicos como los albergues o los Centros de Día, los que no lo hacen aducen a razones concretas: no les gustan, no quieren o no los necesitan.

El Programa Diocesano de Personas sin Hogar está formado por el conjunto de distintos proyectos desarrollados en la Diócesis dedicados a la atención y promoción de las Personas sin Hogar.
El Programa está orientado a todas aquellas personas que no disponen de una vivienda digna, que carecen de recursos, de lazos comunitarios y familiares. Cáritas desarrolla acciones que posibiliten la configuración de un itinerario personal, que cubra tanto las necesidades básicas (alojamiento, alimentación, salud e higiene, etc.) como acciones de recuperación personal que rompan su aislamiento social.

Los recursos que estructuran y determinan la intervención son los servicios de alojamiento, en torno a los cuales se desarrolla el trabajo de inserción: Servicios para la toma de contacto/ reducción del daño como el Proyecto Café - Calor; Servicios de Acogida y Atención Social especializados en personas sin hogar, Comedor Social Padre Cruceyra, Centro Social Padre Francisco Almadoz; Servicios para la recuperación personal como el Centro Social Luz y Sal  y Talleres Humanizar y Servicios para la normalización como el Hogar Belén y Hogar Nuestra Señora de Lourdes.

Nadie sin hogar
Aunque no disponen de datos concretos, en Cáritas diocesana reconocen que se trata de una realidad que va en aumento, como consecuencia de la crisis económica y la alta tasa de desempleo. Ahora se ven en esa situación familias que antes ni imaginaban que podía caer en el grado máximo de exclusión social.

Frente a esta situación, la institución religiosa lamenta la escasez de medios con los que hacer frente a esta creciente problemática, al tiempo que denuncia también la falta de implicación de las administraciones que cada vez meten más la tijera en los pocos recursos con los que ya venían contando.

Por una vivienda digna y adecuada. Nadie sin hogar es el lema de la campaña de Cáritas Andalucía ante la situación de exclusión residencial y social que sufren los ciudadanos sin recursos económicos.  La campaña propone un nuevo modelo residencial basado en la vivienda digna y adecuada como derecho humano, visibilizar la dificultad en el acceso y garantía en el derecho, con especial atención a las personas que están en situación de sin hogar.

Y es que la crisis sigue sin dar tregua y eso se refleja en la cifra de desalojos, que sigue imparable en todas las series estadísticas existentes, sea cual sea la base de datos que se consulte. Sólo entre enero y marzo de 2014, han sido desahuciadas 665 familias gaditanas, lo que supone un 12% más que en el primer trimestre de 2013, cuando se efectuaron 590 lanzamientos, según los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Calor en la noche
Manuel Maní es el presidente de la Asociación Calor en la Noche,y explica que el objetivo es “acercarnos a los que están en la calle, a los que no tienen donde reclinar la cabeza y a los que nadie saluda”. La entidad está formada por 55 voluntarios y más de 60 socios. Gracias a su solidaridad y sensibilidad hacia este drama humano, consiguen llevar un poco de calor a las personas que necesitan  abrigo. Pero su concepto de “abrigo” va más allá de lo material. Su calor va directo al corazón de los que están en la calle.

Los voluntarios de Calor en la Noche se lanzan a la calle todos los viernes y tienen dos rutas establecidas, una por el centro de Cádiz y otra por extramuros. Su punto de encuentro es el Colegio La Salle. “No solamente es llevarles algo de alimento o abrigo, es contarles y que ellos nos cuenten. Vivir y vivirlo con ellos en esa soledad de la noche”. Maní explica que la entidad no percibe ningún tipo de subvención: “Todo lo que tenemos sale de nuestros propios recursos, obtenidos a través de los socios, y todo eso es para ellos, hace unos días nos gastamos más de 400 euros en ropa interior”.

Calor en la Noche tiene doce años de vida. Al principio les costó ganarse la confianza de estas personas tan necesitadas de cariño, “pero doce años después eso ha cambiado, ya nos esperan, nos saludan, nos quieren y eso no tiene precio para nosotros”.
“Es triste que hoy día, muera una persona en la calle sin que nadie se dé cuenta. Todos tenemos la culpa, y no se puede seguir mirando para otro lado.” La entidad que preside quiere solicitar un local para hacer un centro de día con la idea de completar el servicio que se presta actualmente. De esta manera, Valvanuz se encargaría de garantizarles la cena, María Arteaga el almuerzo y Calor en la Noche el desayuno.

Desde mayo la entidad están dando de comer también los domingos “porque ese día cierran los comedores sociales, y no se les puede dejar desatenidos”. Atienden a una media de 15 personas y quieren dar las gracias al Bar Galicia por cedernos su espacio “porque hemos llamado a todas las puertas y no se abría ninguna”.

El objetivo es que las personas sin hogar consigan reinsertarse en la sociedad. Las personas que estén interesadas en colaborar ya sea donando dinero o con su tiempo pueden ponerse en contacto con esta asociación.

Morir en la calle
Se llamaba Antonio García Jiménez pero muchos de los que cada día pasaban por el lugar en el que solía dormir, una banco de la céntrica Plaza de la Flores de Cádiz, no han conocido su nombre hasta su fallecimiento el pasado 8 de noviembre. Para recordarlo y apoyar a su familia, que es del sevillano pueblo de El Coronil, varios colectivos sociales de Cádiz se organizaron enuna concentración.

Entre ellos se encontraban la Asociación Pro Derechos Humanos (APDH), Cáritas Diocesana, Calor en la Noche, el Comité Óscar Romero y Caballeros Hospitalarios. Estas ONG querían hacer un llamamiento a la sociedad y a los poderes públicos para hacer visible la dramática situación de personas que, como Antonio, viven en la calle acuciados por los problemas económicos, las adicciones o las enfermedades mentales.

“La calle mata”, sentenciaba Miguel Barroso, coordinador del programa para personas sin hogar de Cáritas, y “nadie desea vivir en la calle”.

Esta organización, que posee centros asistenciales, comedores y albergues repartidos por toda la provincia, hace hincapié en proporcionar a los “sin techo” terapias ocupacionales y actividades para paliar su situación.

Barroso también explicó que en los dos albergues que existen en Cádiz -el municipal con veinte plazas y el de Caballeros Hospitalarios también con una veintena de camas-, es frecuente ver colgado el cartel de “no hay entradas” ya que el censo de personas sin hogar en la capital sobrepasa las 130.

Aún así insistió en que el problema de fondo no es éste, ya que “nadie podría vivir dignamente en un albergue” sino analizar y atajar las circunstancias que han llevado a estas personas a esta situación.

La incidencia de la crisis, que ha triplicado en algunas ocasiones la demanda de atención en diversas parroquias de la ciudad también se deja ver en la calle. “Mucha gente que podíamos llamar integrados, que tenían su vida solucionada hace dos, tres o cuatro años resulta que han terminado en la calle porque han perdido su casa, porque han perdido el trabajo, porque su familia los rechaza o porque han entrado en la droga” aseguró Rafael Lara, de la APDH.

“En España muere una persona en la calle cada cinco días y algunos es por muerte natural, como el caso de Antonio, pero otras muchas es a consecuencia de agresiones, hipotermias o enfermedades derivadas de su situación”, indicó Lara.

La APDH llama la atención sobre el hecho de que hay personas que tienen problemas mentales que están en la calle porque no hay recursos.

“Quedan en manos de las familias que muchas veces no poseen los recursos suficientes y les resulta imposible atenderlos”, sostuvo el miembro de APDH.
Ahora que se acerca la época más fría del año las ONG temen un repunte en el número de fallecimientos y quieren que esta convocatoria silenciosa sirva para dar voz a los que difícilmente la tienen.

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