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Punta Umbría

Nani Moretti: "Nunca he hecho ni haré política de mi profesión"

Como un contador de historias, enamorado de su trabajo y apremiado por el tiempo para seguir haciendo películas se ha definido Morettin en Valladolid.

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  • Nani Moretti. -
Como un contador de historias, enamorado de su trabajo y apremiado por el tiempo para seguir haciendo películas se ha definido este domingo en Valladolid el realizador italiano Nani Moretti, quien se ha apresurado a aclarar que nunca utilizará su profesión "para hacer política".

"No quiero parecer trágico, pero no tengo tanto tiempo por delante. Me gustaría acelerar un poco el ritmo", ha reflexionado Moretti (Brunico, 1953) en una entrevista concedida a la Agencia Efe un día después de abrir, con su controvertida "Habemus Papam", la 56 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).


No desea el director italiano que transcurra tanto tiempo entre sus filmes, el mismo periodo de cinco años entre uno y otro como le ha ocurrido con las tres últimas: "La habitación del hijo" (2001), "El caimán" (2006) y "Habemus Papam" (2011), ésta una despiadada e irónica crítica contra la jerarquía eclesiástica.

"Aunque entre una y otra he hecho muchas cosas", ha matizado antes de recordar su paso por el denominado movimiento 'Girotondino' que intelectuales y artistas de su país instituyeron hace años para reprobar la política de Berlusconi y formular un llamamiento a la conciencia social sobre una necesaria regeneración moral.

Su militancia dentro de ese movimiento cívico, aunque de evidentes connotaciones políticas, "fue sólo un paréntesis porque me gustaba la política como un trabajo temporal, necesario y voluntario, pero sabiendo que siempre regresaría a mi oficio principal: el de director de cine, que es lo que más me gusta".

En esta tesitura se encuentra ahora inmerso Moretti, cuya filmografía penetró en España a través del Festival de Valladolid con la proyección de "Caro diario" en 1993, un ciclo sobre su filmografía en 1994, el estreno de un cortometraje en 1995 ("Close up") y la proyección en 2003 del documental "El último cliente".

"Me gustaría seguir haciendo películas personales. No quiero decir sobre mí, sino en las que se me reconozca como autor, que son las que me gustan como espectador", ha analizado Moretti antes de admitir que, casi cuarenta años después de su ópera prima ("Come parli, frate?" -1974-), sigue siendo el mismo aunque "un poco transformado".

Lego en materia económica, de finanzas y de crisis globales, Moretti se ha declarado no ateo sino "ex creyente" antes de abordar su polémica "Habemus Papam", donde trata de humanizar la figura del sumo pontífice para invitar a la burocracia o jerarquía de la Iglesia Católica a replantear su actual forma de relacionarse con el mundo.

"Muchos espectadores esperaban de mí una película muy dura sobre la Iglesia Católica, pero yo no guardo ninguna relación de conflicto con ella, sólo como ex creyente. Me limito a mostrar un camino", ha precisado.

En cualquier caso, ha añadido, no entiende que una nación como el Vaticano, dentro de Italia, influya tanto en los partidos políticos de su país hasta el punto de entrar "en la fibra" y de condicionar decisiones, lo cual no debería ocurrir en un Estado laico.

"Nosotros sólo le damos cobijo, nada más. Le regalo a España el Vaticano durante veinte o treinta años a ver qué tal. Debiera estar de gira por Europa por determinados periodos de tiempo", ha agregado en tono irónico.

Nani Moretti, como lema de su filmografía y de su propia personalidad, ha mencionado el de la "transparencia", ya que nunca ha creído en la "doble verdad", ni en el terreno político, ni en el de la religión, lo que a su juicio ha explicado que sus largometrajes critiquen por igual a la derecha, a la izquierda y a la Iglesia entre otras ideologías y estamentos.

No obstante, ha insistido en que como cineasta es un contador de historias, nunca un "agitador político".

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