No se ha cumplido todavía un mes desde el inicio de las obras en calle Álamos y ya comienzan a sonar las primeras quejas. El malestar va en aumento entre los comercios situados en el área afectada. Puestos en contacto con este medio, profesionales que tienen aquí sus locales manifiestan el grave impacto económico que la intervención les está causando y que llega a ser muy drástica en algunos casos. Las quejas apuntan también al lento avance de la intervención, pues “apenas se ve gente trabajando”. Aunque el plazo de finalización de las obras concluye a final de año, la perspectiva de permanecer hasta finales de diciembre en esta situación resulta especialmente onerosa para algunos de ellos, máxime teniendo en cuenta que nos acercamos a la campaña navideña.
Entre el colectivo de establecimientos afectados –al menos una decena– se ha planteado ya la necesidad de una reunión con los responsables municipales, con el fin de exponer la situación así como la adaptación de posibles medidas que puedan paliarla. Se ha sugerido la colocación de alguna pasarela que facilite el acceso desde el Paseo de los Álamos hasta la zona cuando finalice el horario de trabajo. Sin embargo, lo que más se demanda es una mayor celeridad “con el fin de terminar cuanto antes las obras”.
Se señala, además, que en esta margen par de la calle Álamos hay numerosos edificios de viviendas “donde reside mucha gente mayor que, en las actuales circunstancias, tiene especiales dificultades para acceder a sus viviendas o simplemente moverse por la zona”.