En estos días en los que las altas temperaturas han venido para quedarse, son muchos los jiennenses los que optan por aliviarse de las mismas acudiendo a la piscina, y lo más afortunados, pasando unos días en la playa. Cada año, podemos escuchar numerosas recomendaciones para protegernos del sol en estos puntos, pero quizás olvidamos cómo protegernos de la radiación solar mientras paseamos por las calles de nuestro Jaén.
Ante ello, hemos tenido la oportunidad de charlar con la dermatóloga Carmen Martínez, que nos ofrece algunas de las recomendaciones más efectivas para evitar quemaduras en nuestra piel, que a la postre, pueden convertirse en un problema mayúsculo para nuestra salud.
-¿Cuáles son las recomendaciones básicas que nos darías para cuidar nuestra piel este verano?
Es aconsejable mantener una piel bien hidratada, tener una alimentación variada y saludable rica en fruta y verduras que son fuente de antioxidantes que nos van a ayudas a combatir los efectos negativos de la radiación solar, y a esto le añadiría unas medidas de fotoprotección adecuadas para evitar los efectos nocivos del sol como pueden ser la quemadura solar o peor aún, el aumento de riesgo de cáncer de piel por exposición solar descontrolada.
Como ejemplo: Hay que evitar las exposiciones solares intensas, prolongadas entre las 12 de la mañana y las 5 de la tarde; es importantísimo elegir un fotoprotector con un factor de protección alto >30, intentar aplicarlo media hora antes de la exposición y reaplicar a las tres horas para que tenga mayor eficacia; usar preferentemente medidas de protección físicas, naturales, que es la ropa, gafas, sombreros y sombrillas; y en general no recomendamos usar cabinas de bronceado artificial.
-¿Cuáles son los errores más comunes que cometemos con respecto a la protección del sol?
En nuestra sociedad hay una tendencia casi obsesiva al bronceado, la población debe tomar conciencia de que el excesivo bronceado no es sinónimo de salud y no debería serlo de belleza, ya que es un mecanismo de defensa de la piel ante una agresión externa. Pero quizás, el error más común y peligroso es el uso de la crema fotoprotectora para prolongar el tiempo de exposición al sol, creándose una falsa sensación de seguridad. La finalidad del fotoprotector no es prolongar el tiempo de exposición, sino complementar la fotoprotección de los medios naturales. Otro error es el uso incorrecto de la crema fotoprotectora en cuanto a cantidad y reaplicación, muchos estudios han demostrado que aplicamos protectores de bajo factor de protección, en cantidad inadecuada, no lo reaplicamos después de los baños o largo tiempo.
-¿Qué grupos de población de riesgo que deben extremar estas medidas de protección?
Las personas con fototipos bajos, es decir aquellas con piel clara , ojos claros y pelo rubio, que tienen dificultad para el bronceado y facilidad para la quemadura solar; las personas con más de 50 lunares, aquellos individuos con antecedentes personales o familiares directos de cáncer de piel y muy especialmente los niños y adolescentes, pues sabemos que en los primeros 20 años de vida es donde se acumula el mayor riesgo de ca de piel para un futuro, y el riesgo además es acumulativo a lo largo de la vida (la piel tiene memoria).
En cuanto a los bebés menores de 6 meses desaconsejamos el uso de de cremas protectoras por su pequeña superficie corporal y el mayor riesgo de absorción en ellos lo adecuado es usar sólo medidas físicas de protección, gorro, camisetas, o sombras y exponerlos con prudencia evitando las horas centrales del día.
-¿Cuáles son los principales peligros de una exposición excesiva o sin la protección adecuada? ¿Cuándo acudir al especialista?
A corto plazo, el efecto más indeseable es la quemadura solar, que son tan molestas e incómodas, pero lo más trascendental es que son un factor de riesgo importantísimo para el desarrollo de cáncer de piel, especialmente de melanomas. A largo plazo, destacamos también el envejecimiento cutáneo debido al sol acumulado, así como manchas y otras imperfecciones en la piel.
Así pues, se debe consultar al dermatólogo si encontramos algún signo en la piel fuera de lo normal, por ejemplo siempre que aparezca una mancha, lunar o lesión nueva y muy diferente al resto. Por otro lado, hay que acudir si en alguno de los lunares existentes se observa un cambio en el tamaño, en el color, en la forma o pica o sangra. De igual manera si se observa e una lesión similar a una herida que no termina de cicatrizar.
Además, conviene que acudan personas que presenten numerosos lunares o antecedentes de cáncer de piel en la familia; y es que siempre es mejor hacer una medicina preventiva que curativa, y la mejor prevención en cáncer de piel empieza desde la infancia. Realmente los estudios epidemiológicos nos hablan de un aumento en la incidencia de cáncer piel y aquí tiene un papel fundamental el cuidar a nuestros pequeños, evitando las quemaduras solares o exposiciones prolongadas intensas, pues se han relacionado con el aumento de cáncer de piel, especialmente melanoma, así como envejecimiento cutáneo precoz.
-No obstante, el sol también tiene efectos beneficiosos para nuestra salud
La exposición al sol sabemos que tiene efectos beneficiosos y perjudiciales sobre el cuerpo humano dependiendo de la duración y frecuencia de la exposición y la sensibilidad del individuo. Las exposiciones moderadas producen una sensación de bienestar y sosiego junto a una acción estimulante, consecuencia de la liberación de endorfinas, y es antidepresivo. Además, el sol es necesario para la síntesis de vitamina D, fundamental para nuestros huesos y muchas otras funciones del organismo. Otro efecto beneficioso sería la vasodilatación, por lo que se reduce la tensión arterial y favorece la circulación sanguínea.
