Se acerca la noche de San Juan y esto, en Alcalá la Real, es tanto como decir la Quema de la Bruja. Pero este año tenemos algunas novedades. En el día de ayer, la iglesia de San Juan acogía la presentación de esta edición, en la que “la bruja se acerca al pueblo”. Francisco José Heredia, hermano mayor de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Salud, ha explicado que “mucha gente ha visto a la bruja solamente desde el campanario, en la noche de la quema, y nos decían que querían ver la bruja de cerca, los detalles, si es más o menos guapa, si va vestida a la moda, y tuvimos así la idea de acercarla a todo el mundo”. Es por ello que, este año, por primera vez, podrá visitarse este martes y miércoles, de seis y media a nueve de la tarde, en el patio de la iglesia de San Juan, donde permanecerá expuesta hasta su gran noche que este año se adelanta al sábado, 22 de junio, a partir de las once y media de la noche. Esa misma tarde tendrá lugar la tradicional procesión con motivo de las fiestas de San Juan.
La bruja ha evolucionado desde su creación en 1986 y siempre trae novedades. Este año, según aclara su creador, Rafael García Medina, “no lleva sombrero, ya que pensamos que hace mucho calor, y el pelo suelto le queda mejor; también contamos con un nuevo equipo de iluminación con efectos especiales”. “Me encanta la ilusión que se respira, la cantidad de gente que viene, no solo de Alcalá sino de pueblos limítrofes, el momento de subir los treinta y tres escalones que llevan hasta el campanario para iniciar un año más el rito”, reconoce.
Estas casi cuatro décadas de “Bruja” han dado también para muchas anécdotas. Rafael recuerda, por ejemplo, que hace unos años, tras la quema, una mujer mayor se acercó a él, indignada, y le dijo: “Le habéis puesto a la bruja el mismo vestido que me he comprado para la boda de mi hija, que es mañana, ¿cómo me presento yo ahora en la boda con este vestido?”. La bruja también se ha caído varias veces, incluso en una ocasión al propio cura, que estaba aquí sentado en el patio. En otra ocasión, se incendiaron los cohetes dentro de la torre y tuvimos que ir a urgencias”, cuenta rememorando.
Pese a tratarse de un símbolo pagano, puede decirse que la relación de “la Bruja” con la fiesta religiosa en la cual se encuentra encuadrada ha sido cordial a lo largo de estas ya casi cuatro décadas. No en vano, es sin lugar a dudas el atractivo más esperado en estas fiestas sanjuaneras y el motivo que, cada año, hace subir a cientos de personas para congregarse en la placeta de San Juan, ante ese momento mágico, en el que el fuego purificador impone su obra renovadora justo después del solsticio, cuando comienza un nuevo verano.
