Los guardias civiles y policías locales que se encontraron con el asesino confeso de la muerte violenta y violación de Khawla, han coincidido en destacar la actitud "chulesca" y "la frialdad" del acusado cuando fue localizado al poco de llamar a Emergencias 112 Andalucía para confesar que había matado a una chica.
Hasta siete guardias civiles y un agente de la Policía Local han declarado ante el jurado en la Audiencia de Jaén. Lo han hecho en bloque para subrayar la actitud "chulesca" del acusado, del que han dicho que se mostraba "orgulloso" de lo que había hecho, al tiempo que no evidenciaba "ningún signo de arrepentimiento" y se encontraba "relajado" y "sonriente".
"Sin comentarios" y "hagan ustedes su trabajo", es lo único que según los agentes se limitaba a decir el acusado cuando en un primer momento le pedían colaboración para que les llevase hasta el cuerpo. Fueron las cámaras de seguridad instaladas en la zona, las que dieron la pista del lugar en el que tenían que buscar y donde finalmente fue encontrado el cuerpo sin vida de la niña.
Los agentes han declarado que desde el primer momento, el acusado, entonces con 22 años, reconoció abiertamente que "había matado a una mujer". Lo decía, según los agentes, "totalmente tranquilo", al tiempo que dejaba constancia de que era "una persona normal", que "no tenía ningún tipo de enfermedad mental", que no había consumido drogas o ingerido alcohol y que no quería "atenuantes" porque "asumía las consecuencias".
Los cinco hombres y cuatro mujeres que conforman el jurado también han podido escuchar la llamada del acusado al 112 donde se le escucha decir que ha matado a una chica y que esperará a los agentes en la entrada del castillo de La Mota.
En esta segunda jornada de juicio, también ha prestado declaración el amigo del acusado al que llamó por teléfono nada más ocurrir los hechos, en la tarde noche del 15 de febrero de 2022, para decirle que había "violado a una niña". Ante su incredulidad, le remitió dos fotos, una que no abrió pensando que era para "alardear de una proeza sexual" y otra en la que se le veía junto a un cuerpo borroso, que era la niña ya sin vida.
"Pensé que era una broma de mal gusto", ha señalado el testigo, al que el acusado le reconoció que era "un psicópata" y que "se le había ido la cabeza". Para este amigo, al acusado lo que más le preocupaba en aquel momento era que "había tirado su vida por la borda".
"Yo no valgo para existir en este mundo, no estoy hecho para vivir en sociedad", le dijo el acusado en los mensajes que se cruzaron donde también ha destacado su tono tranquilo.
Además, ha declarado otro amigo, la persona a la que el acusado requirió para que se acercara a dónde ocurrieron los hechos y que tomó el pulso a la menor para certificar que estaba muerta. Fue este amigo y vecino del acusado, el que dijo que tenía que llamar a la Policía para contar lo que había sucedido.
A este amigo le comentó que "se le había ido la oya" y que él dedujo por lo que los comentarios del ahora acusado que "la había intentado besar y que luego la forzó". A ello ha sumado que el acusado justificó lo que había hecho argumentando que con su muerte "habría una mujer 'traumada' menos en el mundo".
Tanto guardias civiles como sus entonces amigos han rechazado que el acusado mantuviera o apuntara que la muerte fuera fruto de un accidente por el juego de la asfixia como mantiene la defensa y el propio acusado.
En las cámaras de seguridad se ve al acusado y a la víctima llevar al lugar en actitud "totalmente tranquila". El cuerpo, según han relatado los agentes, fue localizado en un alféizar de las ruinas, a poco más de dos metros de altura y en una zona escarpada donde "salir de allí para pedir auxilio hubiera sido un milagro".
Este miércoles, con la declaración de los forenses y del resto de peritos, será la tercera y última jornada del juicio . A partir de aquí las partes realizarán sus informes y el magistrado presidente entregará al jurado el objeto del veredicto, un cuestionario donde pondrán nombre a los delitos por los que finalmente se le vayan a condenar.
Por estos hechos tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular, ejercida por el abogado Juan José Moreno, reclaman la prisión permanente revisable, además de 15 años de prisión por agresión sexual. A ello se le suma una indemnización de 480.000 euros para la familia de la menor. Es la primera vez que desde la Fiscalía de Jaén pide prisión permanente revisable.
Por su parte, la defensa representada por el abogado del turno de oficio Tomás Manuel Rodero reclama inicialmente una pena de cuatro años de cárcel por homicidio imprudente y otros cinco meses de prisión por profanación de cadáver.