Una investigación de la Universidad de Córdoba ha analizado las tendencias en los patrones de floración de las encinas y otras especies del género Quercus en Andalucía en los que se pone de manifiesto que el cambio climático alarga e intensifica su floración e incide en las alergias.
Tras analizar datos de concentración de polen en el aire de las ocho capitales andaluzas y estudiar sus relaciones con los parámetros meteorológicos durante décadas, el estudio muestra una tendencia hacia una estación polínica más prolongada e intensa para las especies del género Quercus, que engloba a encinas, alcornoques, robles, quejigos y coscojas.
El estudio, llevado a cabo en colaboración con las universidades de Sevilla, Jaén, Granada y Málaga, pone de manifiesto que hay un adelanto en la floración de estas especies y una mayor intensidad porque hay mayor concentración de polen a nivel andaluz, según un comunicado de la Universidad de Córdoba.
La catedrática Carmen Galán, una de las autoras del estudio, ha señalado que las especies que florecen antes como la encina "están más determinadas por la temperatura, por lo que el aumento de esa temperatura provoca un mayor adelanto".
Aunque el adelanto de la temporada es general, en Granada no se observa y es probable que se deba, según apunta la investigación, a las lluvias antes de primavera durante varios años de estudio.
Así, efectos del cambio climático como el incremento de la temperatura y la mayor concentración de CO2 en la atmósfera están relacionados directamente con estas estaciones polínicas, con una tendencia a la prolongación de su estación y a una mayor intensidad.
Por un lado, la subida de la temperatura hace que la floración comience antes, alargando la estación, y el aumento de CO2 conlleva floraciones más intensas y mayor nivel de polen.
"Las plantas necesitan CO2 para hacer la fotosíntesis, si cuentan con más disponibilidad de CO2 tienen mayor actividad", ha precisado Galán.
Aunque no es un alérgeno de los que más afectan a la población, cada vez hay más estudios que citan este tipo de polen como un alérgeno importante y con reacción cruzada con el polen de las gramíneas y otras especies, "por lo que estos cambios van a tener una repercusión en la población sensible, ya que si hay estaciones más largas e intensas van a estar más expuestas al polen".
"Si cada vez estamos más expuestos y nuestro sistema inmunológico es más sensible, puede ocurrir lo mismo que con otras especies como el ciprés, que hace años su polen era inocuo y ahora representa el principal problema de alergia invernal", ha recordado Galán.
La elección del Quercus se debe a que es el árbol más representativo a nivel andaluz en el medio natural, y es un árbol anemófilo -que se poliniza por medio del viento- que presenta concentraciones de polen muy altas en la atmósfera, por lo que es un buen bioindicador para estudiar el impacto del cambio climático en la floración.