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Alcalá la Real

La Asociación de Memoria Histórica de Alcalá celebra su tercer aniversario

Lo hace superando los cincuenta socios y con un programa de actividades que “rehúye la memoria selectiva”

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  • Miembros de la Asociación de Memoria de Alcalá.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá la Real cumple su tercer aniversario superando los 50 socios y socias y con un programa de actividades “orientado a tratar sin complejos y con rigurosidad científica nuestro pasado más reciente, rehuyendo de la memoria selectiva aplicada durante una Dictadura franquista que tan solo se acordó de sus víctimas, condenando al ostracismo y el silencio a los represaliados del golpe militar del 18 de julio que inició la guerra civil”, se ha indicado en un comunicado de la propia asociación.

“Nuestro compromiso con todas las víctimas y todas las memorias es una evidencia, no hay unas víctimas de primera y otras de segunda, pero sí unas víctimas, las de la represión franquista, que no recibieron ningún homenaje y que incluso a día de hoy permanecen en fosas comunes (las que aun pueden recuperarse) que se están exhumando. Es por tanto una deuda histórica de nuestra democracia hacia quienes padecieron la violencia del fascismo internacional con la que nuestra asociación contribuye con una serie de actos orientados a poner fin al olvido y a dignificar a las víctimas silenciadas, siempre condenando todas las violencias  en aras de construir un futuro de tolerancia y convivencia en base a la pedagogía de la paz y de los derechos humanos que hagan del conocimiento de pasado una herramienta fundamental para evitar que se repitan los episodios drásticos del pasado”, continúa el comunicado.

“La sociedad española no debe caer ni en memorias selectivas ni en el revisionismo histórico de las leyes de concordia que en algunas comunidades autónomas como Aragón se están imponiendo. La razón de nuestro rechazo a estas alternativas a las leyes de memoria democrática que ciertos grupos políticos quieren implementar es bien sencilla: equiparar los episodios de violencia cometidos durante la Guerra Civil y la dictadura franquista con los sucedidos en la Segunda República o en la Transición a la democracia, tal y como pretenden las leyes de concordia, suponen un blanqueamiento de la dictadura. Es cierto que tanto el régimen republicano como el periodo inmediatamente posterior a la muerte de Franco tuvieron sus luces y sombras, sus aciertos y sus errores, pero ambos se implantaron sin un golpe militar como el que protagonizaron los militares sublevados contra la Segunda República el 18 de julio de 1936. Mientras que el 14 de abril de 1931, cuya efemérides se conmemora este domingo, supuso el advenimiento pacífico de un orden constitucional nuevo que buscó, con mayor o menor fortuna, acabar con el analfabetismo y el retraso que lastraba a España en comparación con otros países de nuestro entorno europeo, el 18 de julio de 1936 fue el punto de partida de un período de pérdida de libertades y derechos que se impuso con puño de hierro durante cuatro décadas. La Iglesia católica volvió a ser identificada con el Estado tal y como había sucedido durante la larga etapa absolutista de España y la educación quedó en manos de personal exclusivamente afín a Franco, sin rastro alguno de la libertad de cátedra y de expresión que caracteriza a nuestra actual democracia”, se afirma desde la asociación.


“Las leyes de concordia olvidan también que curiosamente la mayoría de los asesinatos por causas políticas habidos durante la Segunda República, unos 2.000, más de la mitad fueron represaliados durante el bienio de derechas tras la Revolución obrera de Asturias de 1934, en lo que fue un preludio de la Guerra Civil por la polarización de la sociedad y por la extremada dureza con la que el Ejército trató de erradicar a los elementos más activos y significados de los sindicatos y partidos asociados al Movimiento Obrero”, concluye el comunicado de la Asociación de Memoria Histórica de Alcalá.

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