Los organizadores de la III Trail Urbana ‘Ciudad de Arcos’, que corrió a cargo del club local de atletismo del mismo nombre, no pudieron disimular su enorme satisfacción sobre el transcurrir de la carrera celebrada a lo largo de 17 km por todo tipo de superficies, con el añadido de cruzar el conjunto monumental de Arcos, otro de los indudables aciertos de la competición, que compendia en una sola prueba una amplia diversidad de parajes y todo tipo de terrenos en un trazado rompepiernas que tiene su explosión en la subida a la cuesta de La Molina, una pendiente que termina por reventar a los corredores menos preparados.
El presidente del club de atletismo ‘Ciudad de Arcos’, Manuel Jesús Moya, se mostraba enormemente satisfecho por el desarrollo de la carrera, gracias, sobre todo, “al gran nivel de los atletas que han venido al trail como preparación para los grandes eventos deportivos que se prevén para noviembre y diciembre”, comentaba al término de la carrera.
Sin embargo, el gran quebradero de cabeza del club organizador fue, sin ningún género de dudas, la seguridad de los corredores, algo que no se dejó de recalcar e insistir tanto en los prolegómenos de la competición como a la llegada de los participantes a la meta. Antes de la salida se les tomó la temperatura y se les insistió a tener puesta la mascarilla hasta el momento de darse la partida, al igual que una vez entrados en meta los deportistas, que agotaron el cupo previsto de inscritos (200). La preocupación por cumplir a rajatabla las medidas de seguridad le dieron un plus al trail de seriedad y compromiso con la situación en la que se vive.
En el plano deportivo, la victoria correspondió al algodonaleño del club rondeño Harman Trail Running, Raúl Guerrero, que aprovechó la bajada a La Molina y el tramo paralelo al río para seguir el fuerte ritmo que imprimió el grupo de cabeza, el momento más complicado para el vencedor, pero a medida que iban pasando los kilómetros también decrecía el ritmo de la punta de la carrera, lo que aprovechó el ‘runner’ serrano para imponer su propio tren, despegándose poco a poco de sus rivales en una zona técnica de senderos hasta agrandar la ventaja respecto a sus perseguidores, que le seguían de cerca. La parte más dura fue la subida al casco histórico arcense y, cómo no, la subida final, unas condiciones que le iban como anillo al dedo al correoso corredor algodonaleño. “El recorrido ha sido espectacular. No me esperaba esos senderos por la orilla del río, preciosos, así como las intrincadas calles del casco antiguo. Me ha encantado”, confesaba el vencedor.
La primera mujer que cruzó la meta fue la ubriqueña residente en La Línea Diana Muñoz, del club Sierra Carbonera, que señalaba que había sido “una carrera psicológica para superar los momentos angustiosos, como el que tuve en el km 7, pero he podido aguantar y en el km 16 he visto que ya tenía la meta a mi alcance y me ha dado un subidón”.
El primer arcense en entrar en la meta fue Francisco Javier Jiménez, en el puesto noveno, que destacó los primeros diez kilómetros como “claves para posicionarse bien en las primeras posiciones. Después, se trataba de estar bien de cabeza para aguantar y tirar hacia delante y llegar al final”. Francisco Javier es un triatleta que ha sacado partido a la carrera a pie, lo que mejor se le da de los tres sectores, para ser el primer local en la llegada.
Por último, destacar a la arcense Lucía Jaime, que fue la tercera fémina en cruzar la meta a pesar de correr lesionada de la cadera, lo que le obligó subir la cuestas andando, acabando muy contenta.
