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Jerez

Los consejos andaluces buscarán trazar un plan común de cara a la Semana Santa

La evolución de la pandemia apenas deja margen para la esperanza no ya sólo de los cofrades, sino también de los profesionales que viven de las hermandades

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  • Un nazareno de la Hermandad de la Buena Muerte. -

Restan aún 210 días para el Domingo de Ramos de 2021, pero los cofrades y los profesionales que viven de la Semana Santa empiezan a contemplar ya la posibilidad de un segundo año consecutivo sin cofradías en la calle.

Los presidentes de los consejos de hermandades de las ocho capitales andaluzas y Jerez tienen previsto reunirse a mediados de septiembre para analizar el escenario y empezar a tomar decisiones de las que emane un posicionamiento común.

Se confía en un giro en la evolución de la pandemia que permita albergar esperanzas de cara a una vuelta a la normalidad, pero nadie las tiene todas consigo.

El problema es que la Semana Santa no surge de manera espontánea. Requiere de unos preparativos en los que debería empezar a trabajarse en firme a primeros de septiembre.

El presidente del Consejo local de la Unión de Hermandades de Jerez, Dionisio Díaz, no oculta que a su alrededor observa “poco ánimo” y mucho “derrotismo”.

La sensación es que “ya se ha entregado la cuchara” cuando falta mucho tiempo para el Domingo de Ramos y pone de ejemplo la controversia que está suscitando el inicio del curso escolar.

“Si no sabemos realmente cómo van a volver los niños al colegio y falta una semana, cómo vamos a saber lo que va a pasar de aquí a siete meses”, pregunta en voz alta.

Incluso, encuentra argumentos para el optimismo. “Hace unos días veíamos a cientos de chinos dentro de una piscina de Wuham. ¿Por qué aquí no vamos a estar así dentro de unos meses?”.

Su homónimo de Cádiz, Juan Carlos Jurado, considera “imprescindible” que todos los consejos vayan de la mano y que se encuentre un respaldo en la Junta de Andalucía, dado que la Semana Santa “es muy importante no sólo desde el punto de vista religioso, sino también como factor cultural y económico”.

Más allá de las procesiones de Semana Santa, Jurado entiende que se debería articular algún tipo de protocolo para explorar la posibilidad de celebrar vía crucis o rosarios en la vía pública, ya que en este sentido las hermandades se sienten un poco “desplazadas”.

“Vemos cómo existen protocolos para otro tipo de actividades, pero no para las que habitualmente organizamos nosotros, cuando el derecho de manifestación no se ha prohibido”, añade.

Al igual que la práctica totalidad de las ciudades andaluzas, en Jerez y Cádiz se suspendió el Pregón de la Semana Santa de 2020. En ambos casos se ha optado por renovar la confianza a los pregoneros que ya estaban nombrados.

No ocurre lo mismo con otros anuncios propios de estas fechas, tales como el autor del cartel o la imagen encargada de presidir el Vía Crucis de las Hermandades.

El Consejo de Jerez va a afrontar estas cuestiones a principios de septiembre. En el caso de Cádiz, todavía “no hay calendario”.

Entre los cofrades de la capital ha caído como un jarro de agua fría la suspensión del COAC. Jurado entiende esa desazón por cuanto estas agrupaciones “tendrían que empezar sus ensayos ahora y no pueden hacerlo”, de modo que “es comprensible” que hayan adoptado esta postura.

“La Semana Santa es 50 días después, se está hablando de esa vacuna que podría salir en noviembre... De momento hay que esperar y rezar”, concluye.

El sector está ‘bajo mínimos’

Los artesanos que trabajan para las hermandades tienen el grueso de la producción parada y temen por su futuro.

El bordador jerezano Ildefonso Jiménez dedica sus horas de trabajo a terminar los encargos que quedaron pendientes de recoger esta pasada Cuaresma, pero no se ejecutan nuevos proyectos.

“Hay muchas cosas presentadas y presupuestadas, pero las cofradías se han quedado sin ingresos de papeletas de sitio, palcos y sillas, casetas de feria... Todo el mundo tiene buenas intenciones, pero hay mucho miedo e inseguridad”, explica, asegurando que el volumen de trabajo actual no permite mantener el taller.  

En su caso se ha visto afectado ya por la suspensión del COAC porque tenía apalabrada la ejecución del vestuario completo de un coro. “La gente ya se está haciendo el cuerpo de que va a ser complicado que tengamos Semana Santa como la hemos conocido siempre. Esto del Carnaval ha puesto a mucha gente en alerta”.

Se muestra partidario de buscar alguna fórmula “para que esto no pare del todo” porque un segundo año consecutivo sin cofradías en la calle “puede ser la hecatombe” para el sector.

En similares términos se expresa Fernando García, de Cerería La Merced, una empresa jerezana que abastece a decenas de hermandades andaluzas.

“Lo estamos pasando realmente mal, porque más de la mitad de las cofradías no ha podido todavía pagar la cera de este año y las que sí lo han hecho no van a tener necesidad de adquirirla para el año que viene”, advierte.

Eso significa que no se hará producción para 2021, más allá de la cera que pudiera demandarse para culto interno.

La fábrica se mantiene en buena medida “gracias a que el Ayuntamiento de Cádiz abonó la subvención a las hermandades y éstas nos han podido pagar a nosotros”.

“Si no es por eso esto estaría cerrado y diez trabajadores en la calle”, admite.

De cara a 2021 se muestra pesimista. “Estoy convencido de que no tendremos Semana Santa, pero tendrían que decirlo cuanto antes para evitar los problemas que se generaron el año pasado. Si esperan a última hora las hermandades invertirán el dinero que no tienen y luego no podrán responder”.

La cuenta atrás hacia la Semana Santa más incierta está ya en marcha. A falta de 210 días, nadie sabe a ciencia cierta que ocurrirá el próximo 28 de marzo. 

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