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Curioso Empedernido

Propios y Extraños

Entre propios y extraños, hay mucho que soñar, muchas manos que tender, abrazos pendientes que dar, músicas que disfrutar y miradas que cruzar

Hay cosas que nos parecen propias y auténticas, pero  que si profundizamos un poco resultan extrañas y falsas. Buscamos la rapidez donde solo encontramos la lentitud, el beneficio dentro de la laguna del perjuicio, el echar la  mano allí donde no hay nada. 

En demasiadas ocasiones nos extraña lo lógico y nos parece normal lo extraño, y tomamos  distancia de los demás e incluso de nosotros mismos, y nos preguntamos sobre que hacíamos o haremos, quienes eran nuestros acompañantes y hacia donde dirigimos nuestros pasos.

Entre propios y extraños, hay mucho que soñar, muchas manos que tender, abrazos pendientes que dar, músicas que disfrutar y miradas que cruzar para cuando todo esto pase, sin olvidar que no estamos solos y necesitamos de los otros, para el enfado o el desenfado.

Miramos sin ver, hasta que no tenemos más remedio que reparar en lo que tenemos delante de nuestros ojos, y si nos fijamos en los otros veremos muchas cualidades que hasta entonces nos habían pasado desapercibidas. Reaprendemos lo que creíamos que sabíamos con paciencia y tranquilidad.

Aprendemos a valorar en circunstancias difíciles y extremas, lo adecuado y lo inoportuno, lo conveniente y lo innecesario, administremos nuestros tiempos y también descubriremos lo importante que es dedicarles a los otros el suficiente para hacerlos visibles e importantes.

Las redes han creado personajes que son instrumentos del mercado, que tiene audiencia e influencia sobre la gente y recomienda marcas  y costumbres .Los hay famosos, expertos en distintos sectores o líderes de opinión, blogueros y creadores de contenidos. En fin que cada día son más e intentan influenciar en nuestras conductas.

Nos intercambiamos pensamientos y opiniones, y nos encontramos entre propios y extraños, a aquellos que hacen el camino con nosotros y  a los que nos quieren mandar por donde debemos andar, sin dejarnos iniciativa alguna. No se hacen preguntas porque tienen todas las respuestas.

A veces no dejamos de indagar en el origen que explique la existencia de todo. Vamos actuando con libertad, sorteando vetos y bulos, y somos como niños que necesitamos jugar, ya que si no es como si nos privaran del placer de vivir. No debemos olvidar que desde el principio hasta el final, nosotros debemos ser los dueños de nuestra propia historia.

Lejos de confusiones y conflictos , entre puentes que unen y ríos que separan, hemos de asegurar más certidumbres y certezas, y procurar  que nuestros tiempos no se desborden en relojes que no paran de marcar las horas, y no tememos saber quiénes somos por muy difíciles que nos lo pongan.

Nuestra capacidad de superación suele ponerse a prueba permanentemente, y en cualquier momento sabemos que puede producirse la vuelta de los fantasmas, entre ahorros y despilfarros, amigos y enemigos, sensatos y mamarrachos.

Como decía Einstein “Nada sucede hasta que algo se mueve”. Resulta maravillosamente irreal, cuando no fallamos nunca y la armonía reina en todo lo que hacemos. Casi siempre estamos dispuestos a cambiar algo en nuestras vidas y hacemos grandes esfuerzos por sentirnos bien.

Cuando nos organizamos bien, suelen ocurrir cosas importantes y exenta de problemas, sin ejecuciones sin control ni inacciones sin sentido, sin colas ni fluideces, sin precedentes ni procedentes ,  sin manipulaciones ni injerencias  y sabiendo aprovechar nuestras expectativas , sabiendo ejercitar nuestra perseverancia  y creyendo en nuestras posibilidades sociales.
             
 

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